El programa Cuidados Domiciliarios atendió a 1.515 personas mayores en circunstancias que 52.125 lo requerían, en 2022.
Además, la atención es absolutamente insuficiente, ya que consiste en dos visitas semanales con una duración de tres horas cada una para personas con dependencia moderada o severa. La OCDE recomienda 22 horas semanales en el primer caso y 41 en el segundo. Es evidente que las 6 horas del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama) se quedan cortas.
Los datos están contenidos en el estudio “Dónde Envejecer: Estándares de calidad en la atención domiciliaria para personas mayores en Chile”, que es el sexto de la serie “Del Dicho al Hecho”, elaborados por el Hogar de Cristo y su Dirección Social, que se presentó en el Centro de Extensión de la Universidad Católica
Cabe agregar que según estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 32% de los chilenos serán adultos mayores en 2050. Hoy, 800 mil presentan algún grado de dependencia, lo que es más frecuente entre las personas mayores más vulnerables. La demanda de cuidados aumenta y la oferta es escasa, principalmente por la necesidad de trabajar de manera pagada de quienes cuidan y por la disminución del tamaño de las familias.
Todo apunta a la misma conclusión: se requiere contar con un sistema nacional de apoyo y cuidado de larga duración, universal, integral y continuo, priorizando la atención domiciliaria por parte de trabajadores remunerados con formación y certificación. Para eso, los dos escenarios propuestos y adaptados a la realidad chilena, contemplan un aumento de recursos que implica triplicar y cuadruplicar la inversión. Eso permitiría más horas de atención, ampliar la población objetivo y fortalecer los equipos profesionales.
Liliana Cortés, directora social nacional de Hogar de Cristo, comentó en el lanzamiento: “Chile se tiene que preparar para el envejecimiento de su población y, más que llegar tarde, yo creo que éste es un tema donde debe primar un sentido de urgencia. Hoy estamos en una discusión político-técnica respecto al Sistema Nacional de Cuidados, y en este estudio entregamos un modelo concreto, valorizado, que tiene los componentes necesarios para que envejecer en los domicilios sea una realidad y no una situación indigna para las personas que hoy día más sufren: los adultos mayores en pobreza”.