Cuatro estudiantes del 8o básico redujeron a un ladrón que pretendió robar el celular a una de ellas.
Todos sabemos que frente a un hecho delictual que nos afecta es más recomendable no oponer resistencia y en la medida de lo posible recurrir por ayuda a los profesionales encargados de la seguridad. Pero, a veces, las cosas se dan de diferente manera.
Cuatro alumnas del 8o básico del liceo “Carmela Carvajal”, de entre 13 y 14 años, como todos los días y siguiendo la recomendación de sus profesores, caminaron en grupo para abordar el Metro en la estación Bustamante.
En la siguiente parada, Baquedano, una pasajera le advirtió a una de ellas que un tipo le había robado el celular.
Sin dudarlo ni un segundo lo encararon exigiéndole que abriera la mochila que portaba. El hombre, de 57 años, tras negarse, tuvo la mala ocurrencia de tocar en el hombro a una de las chicas mientras clamaba su inocencia. Lo que ellas calificaron como “toqueteo”, fue suficiente para que las cuatro arremetieran contra el individuo; lo acorralaron, lo golpearon, le quitaron el bolso y encontraron el celular (cabe señalar que el vocabulario que usaron durante la golpiza no calificaría para una nota de suficiente en la clase de Lenguaje).
El delincuente trató de arrancar bajando en la estación Bellas Artes, lo que las adolescentes impidieron mientras llamaban a seguridad. La afectada por el robo terminó declarando ante Carabineros de Renca y el ladrón detenido, claro que no se sabe por cuánto tiempo.
Ellas dijeron estar conscientes que su acción fue temeraria y que bien podría haber tenido un final distinto, pero que no estaban dispuestas a dejarse intimidar por los delincuentes ni menos aceptar el robo de sus pertenencias.