Las temperaturas sobre 30 grados Celsius permanecerán hasta el fin del verano 2023, al menos. Serán meses de calor intenso y con índices de radiación ultravioleta extremadamente altos, donde prácticamente todo Chile estará en “riesgo máximo”. En este contexto, la protección es fundamental, más aún considerando que el daño solar es acumulativo y la población es cada vez más longeva.
Durante el verano aumentan las temperaturas y la exposición al sol, ya sea de forma recreacional, en la playa, la piscina, estando más al aire libre o por la obligación en ciertos trabajos. En esta época también aumenta la radiación ultravioleta, que se divide en radiación ultravioleta B, responsable del daño agudo de la piel al exponerse al sol, que es la quemadura solar, y que se manifiesta como enrojecimiento, dolor y formación de ampollas, y la radiación ultravioleta A, que es la que causa el daño crónico de la piel expuesta al sol, como -por ejemplo- las manchitas y el cáncer de piel.
Los rayos solares penetran en la piel de los seres humanos con radiación ultravioleta que es capaz de alterar el ADN, fenómeno que provoca mutaciones que pueden llevar a la producción de un melanoma, un cáncer de piel agresivo que puede causar la muerte. La tradición estival de tomar sol para obtener un tono bronceado debe dejarse en el pasado, dicen los especialistas. Necesitamos un cambio cultural, estético y de conducta para prevenir problemas de salud.
La Dra. Irene Araya, dermatóloga del Hospital Clínico Universidad de Chile, dice que las recomendaciones son las mismas que los y las especialistas han insistido hace años: evitar salir al sol en las horas de máximo calor, preferir la sombra, y cuidar especialmente a adultos mayores y a niños y niñas. Protegerse con ropa que cubra la mayor parte de la piel, sombrero y lentes; y usar filtro solar en las áreas expuestas cada tres horas. Lo importante es que realmente se transformen en hábitos para cambiar así las conductas de riesgo. Es necesario también dejar atrás el concepto estético de desear una piel bronceada.
“Lo más importante, más que el bloqueador solar, es que la gente de verdad haga caso a las recomendaciones. Seguimos viendo todos los veranos las playas llenas a la hora de mayor radiación, por ejemplo. Todo el mundo sabe las recomendaciones. Y el segundo mensaje es el tema del bronceado. El bronceado no es saludable, es un grito de la piel que dice ‘estoy pigmentándome para defenderme porque este sujeto -los rayos ultravioleta- me está exponiendo’. Tiene que haber un cambio cultural, estético y de conducta, de lo contrario, tendremos muchos más casos de cáncer de piel en el futuro”, sostiene la Dra. Araya.