Pese a estar inmersos en el mundo de nuevas tecnologías.
Una investigación liderada por la académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, Lorena Antezana, reveló que, pese a los cambios en el consumo de televisión, los jóvenes chilenos siguen viendo teleseries locales y estas siguen estando en el ADN de las familias chilenas.
“Curiosamente el ritual de ver las teleseries de la tarde no ha desaparecido. La telenovela está en el ADN de la de las personas, sobre todo las personas más jóvenes, y todavía sigue siendo un espacio de distensión, aunque sea de paso. A pesar de que no se preparen para ver la telenovela, ellos llegan y se conectan con su familia en ese espacio en que se está viendo alguna telenovela”, asegura la directora del proyecto”.
La profesora Antezana añade que “todavía se come frente a un aparato de televisión donde hay un visionado compartido. Aunque no sea de todo el espectro, todavía se asoman a mirar lo que está viendo su abuelita o su mamá y comentan algo sobre lo que está pasando. Por lo tanto, a pesar de las nuevas tecnologías, del consumo a la carta, segmentado, de que cada uno tiene su propio dispositivo, la telenovela todavía sigue siendo el único espacio en que hay algo más de interacción y de conversación intergeneracional”.
Este resultado, detalla Antezana, “no nos sorprende tanto, porque nosotros ya habíamos visto en estudios anteriores, en 2017 hicimos una encuesta nacional también sobre los consumos audiovisuales y ahí ya habíamos visto que el único consumo audiovisual nacional que ellos tenían era la teleserie. La pandemia refuerza eso, con la pandemia la gente vuelve a la televisión masivamente, los adolescentes también, se emitieron casi 23 teleseries ese años”. “Ahora, si usted les pregunta a los adolescentes si ven telenovelas, seguro te van a decir que no, pero si les preguntas por personajes o situaciones, les muestras alguna escena, ahí ellos se dan cuenta que sí saben de qué se trata, que sí lo han visto, porque sus consumos son distintos, hacen memes sobre eso, se mandan pequeños videos, reconocen a un artista, vinculan incluso a nivel publicitario con ciertas producciones, por lo tanto no es un consumo que sea frente a un televisor, en línea, a la hora que se da, sino que es un consumo mucho más disperso y más mediado por otras cosas, por sus mismos compañeros de curso y su generación que hacen que lo consuman en esa lógica”.