Según datos de la última encuesta Casen, 460.000 personas mayores de 60 años viven solas, de manera independiente o en viviendas unipersonales, lo que equivale al 13,4% de esta población. Esto hace que la soledad en las fiestas de fin de año se transforme en una especie de epidemia silenciosa, donde las personas mayores pueden ser excluidas del entorno familiar por distintos motivos, algo que también se puede evitar, según publicó radio Cooperativa..
«Muchos gozan de una buena relación familiar, se sienten acompañados o se sienten un aporte, perotambién aparece, a medida que vamos envejeciendo, la sensación de soledad, que tiende a aumentar con los años», explicóDaniela Thumala, psico gerontóloga, especialista en el estudio del envejecimiento y la vejez e investigadora del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo (GERO).
«Son fechas importantes donde se echa de menos a alguien que falleció, se sienten más su ausencia. Debemos considerar que ya no tenemos la misma estructura familiar de antes. Una persona mayor que, en general, se siente sola, en estas fechas puede sentirse aún más sola. Está el ‘síndrome de la silla vacía‘ y a todos los que les falta alguien, puede que sea su primera navidad sin esa persona», señaló la académica de la Universidad de Chile a Cooperativa.
Thumala advirtió que la exclusión es algo que se puede dar dentro de la fiesta o fuera de las fiestas: «Hay personas mayores que, por ejemplo, tienen problemas auditivos, y cuando hay reuniones familiares les cuesta mucho comprender lo que se está conversando, porque el ruido de fondo hace que les resulte tremendamente difícil oír. Entonces tienden a quedarse callados y retraerse aún en la mitad de la fiesta».
La experta subrayó que hay algo que se repite y es la falta de instancias para que haya más relaciones intergeneracionales: «Las personas a veces no saben cómo comunicarse con una persona mayor y quedan fuera de las temáticas que se discuten y se nos olvida lo interesante que puede ser hablar con una persona mayor y que te hable de su historia, por ejemplo, cómo celebraban antes la navidad. No es solo acoger al abuelo o a la abuela como un objeto de cuidado sino que relevarlo como sujeto, y abrirse a conocer sus experiencias».
Para ayudar a minimizar el sentimiento de soledad que pueden sentir los adultos mayores a lo largo del año, la experta aconseja hacerles preguntas.
«Conviene preguntarles cómo están, si se sienten solos, acompañados, si necesitan algo, si tienen con quien ir al médico si lo requieren. Las personas mayores están muy abiertas a responder, lo que pasa es que nadie les pregunta nada», indicó la especialista al citado medio.