Para muchos el dinero es fundamental y señalan con ironía “la plata no hace la felicidad, pero la financia”“. Sin embargo, uno en su interior piensa que algunas valiosas situaciones de la vida son gratis y no las disfrutamos como debiéramos.
Revisemos cosas que no aprovechamos comúnmente y que no tienen costo económico.
Gozar de una buena salud, soñar con logros y anhelos no cumplidos, concretar el amor que siempre hemos deseado, disfrutar de un grato paisaje, contemplar una hermosa puesta de sol, gozar de una romántica caminata con quien amas, tener buenas amistades, lograr una bella familia, poseer principios y valores inalterables que nos enorgullezcan, reírse con ganas de las cosas triviales, darle un beso a un hijo, disfrutar de una buena conversación o de un paseo a caballo en el campo de un amigo, caminar por la playa, recordar el pasado con alguien que conocemos de toda la vida, privilegiar las cosas simples de la existencia, creer en un mundo mejor y tener al optimismo como un gran aliado diario.
Hay muchas más y ninguna de ellas se ve afectada por el precio del dólar ni por la inflación. Ellas no son parte del consumismo ni de la oferta y la demanda. Son parte de una vida más plena y menos competitiva, donde podamos expresarnos con más libertad y menos amarras. Son indispensables para lograr la felicidad que tanto deseamos y que nos parece tan difícil.
No hay duda, que muchas veces lo más sencillo resulta lo más complejo.