A mí me parece qué hay una gran mayoría que coincide en las cosas qué hay que corregir para vivir en un país mejor. Las pensiones de los jubilados no son bajas, sino pauperrimas. La justicia actual no satisface a la ciudadanía y se insiste en que esta es distinta, cuando califica a pudientes y a desvalidos. La salud es diferente para los que tienen medios económicos, que para los que no los poseen.
La seguridad no existe y la delincuencia aumenta peligrosamente. La educación tiene las mismas características de las cosas señaladas anteriormente y es diferente para los poderosos, que para los que no lo son. La política de hoy y la forma de ejecutarla es rechazada por una gran mayoría, al igual que muchos políticos que se han eternizado en sus puestos. Los Independientes no cuentan, ni ayer ni hoy, aunque constituyen una absoluta mayoría.
La burocracia, cada vez es más insoportable. El aparato estatal y los Ministerios aumentan sorprendentemente, con todo el costo que esto significa. La corrupción no se detiene y muchos de los que participan en ella andan libres por la calle y “muertos de la risa”. Los abusos no cesan y los sueldos mínimos no alcanzan para vivir dignamente.
Los productos farmacéuticos tienen precios abusivos y el costo de la vida aumenta velozmente al igual que la bencina, lo que eleva los fletes y la distribución. El narcotráfico se impone y complica a personas y autoridades. El medioambiente no es respetado y los poderes económicos lo sobrepasan continuamente.
Todo lo señalado y algunas otras situaciones que ofuscan, logran que el ciudadano viva con temores, incertidumbres y amarguras que lo llevan a depresiones con resultados alarmantes, y a una infelicidad continuada que nos provoca.
¿Es tan difícil construir el país que todos soñamos? ¿Si todos nos uniéramos no lo podríamos lograr? ¿Si dejáramos de lado las pequeñeces que nos dividen no seríamos un país mejor?
¿Es tan complicado lograr un país en paz, tranquilo, alegre y cercano a la felicidad de sus habitantes?
Pareciera que no si todos cedieran un poco pero como da la impresión que nadie está dispuesto a hacerlo, en un lugar en que todos son dueños de la verdad, sencillamente resulta imposible
Ni más, ni menos.
Alfredo Lamadrid B.
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