Independiente del tipo de calefacción que se elija, lo importante es mantener una buena aislación y sellar los agujeros por donde se podría perder el calor.
Con la llegada del invierno, también llegaron a la zona centro y sur del país las precipitaciones y, en muchos casos, las temperaturas bajo cero. En este contexto, una información de gran ayuda es cómo podemos calefaccionar mejor los hogares.
Alejandra Cortés, académica de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, sostiene que en Chile normalmente “las viviendas no están bien aisladas”. La arquitecta asegura que «ventanas de mala calidad, donde hay muchas infiltraciones de aire, y viviendas que no tiene una buena aislación. Entonces, en general, cuando eso sucede, las viviendas son súper frías. Eso considerando también que los sistemas de calefacción que tenemos tienden a ser bastante ineficientes”.
“Las viviendas más frías son las que tienen mayor inercia térmica, como las de ladrillo o las de hormigón”, explica la profesional, aunque destaca que en verano estas viviendas pueden ser más frescas. En ese sentido, asegura que una buena inversión en aislamiento puede ser beneficiosa para que, a la larga, se gaste mucho menos en calefacción intradomiciliaria. “Si uno aísla bien la vivienda y sella las infiltraciones de aire, esa inversión se paga a largo plazo en la reducción de la demanda para calefacción”, asegura.
Señala asimismo que, “en general, no hay mucha conciencia de que una vivienda mal aislada puede generar pérdidas en la calefacción y por eso es importante aislar. Hay que comenzar por aislar la techumbre, luego los muros y luego las ventanas. También hay que sellar, y por sello me refiero atapar todos esos agujeros o conexiones entre componentes, por ejemplo, entre el muro y la ventana o sellar los bordes de las puertas por donde se puede perder el calor”, afirma Cortés.

Si bien la profesora Cortés plantea que la manera más limpia de calefaccionar las casas es con las estufas eléctricas, el país sufrirá alzas significativas en las cuentas de la luz durante los próximos meses.
Por esta razón Jorge Berríos, de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, señala que, aunque es difícil, hay medidas que se pueden tomar como fijarse en “los consumos vacíos, que son aquellos objetos que no estando prendidos consumen energía”.
Agrega entre sus recomendaciones “prender solamente las luces que efectivamente haya que prender y las que no, que no se prendan. Adicionalmente,aquellos artefactos que no se ocupan y estén enchufados, desconéctelos porque esos artefactos sí consumen energía, entonces ir desconectando artefactos que no se estén ocupando y que consumen energía, es bueno”. “En aquellas casas donde los medios de calefacción son eléctricos, prever los cierres de las ventanas o aquellos lugares donde se provocan entradas de aire y que produce un efecto de tener que usar más energía. Con cosas mínimas se puede mejorar sustancialmente los consumos de energía en las casasy, sobre todo, hay algo que se llama ‘conciencia de costo’, que es preocuparse de apagar las luces, preocuparse de usar en la debida medida la energía y eso va produciendo un ahorro indirecto”, concluye el académico.