A la muerte de su hijo se sumó la del que fue su amigo y socio Miguel Piñera.
Momentos muy decisivos ha vivido en el último tiempo el cantante Miguelo. A la muerte de su hijo Sebastián, de 32 años se sumó la del que fuera su amigo y socio Miguel “Negro” Piñera. Ambos decesos ocurridos en febrero pasado.
Respecto de la partida de su retoño manifestó que lo sume en un duelo que será para toda la vida. El artista recordó que cuando su hijo tenía dos años y medio resultó con parálisis cerebral tras hundirse en una piscina y permanecer mucho tiempo bajo el agua sin que nadie lo advirtiera a su alrededor.
Las secuelas se tradujeron en deterioro físico y mental que limitaron su desarrollo de manera permanente.
“Llegó la bomba atómica, expresó Miguelo, refiriéndose al accidente, Sebastián estuvo muerto, quince minutos muerto”.
Respecto del estado en que quedó su hijo a partir de ese acontecimiento, el cantante señaló que “se expresaba con su mirada y su sonrisa”.

Por su parte, el fallecimiento del que fuera su socio y amigo Miguel “Negro” Piñera llevó a Miguelo a sentir que hacía las paces con él, después de haber estado distanciados por largos años tras la ruptura de su relación humana y comercial.
Ambos fueron dueños del pub “Entre negros”, de gran movimiento en una época de la bohemia santiaguina. Pero se separaron cuando al local le empezó a ir mal. “Yo dejé mi chequera, recordó Miguelo, y ahí terminó todo mal, cuando me falsificaron la firma de cheques y los llenaron”.
Comentó que por esto hasta tuvo que pasar unos días en la cárcel.
Sin embargo, relata que la muerte de Piñera lo llevó a reconciliarse con él. “Me puse en la buena con él porque ha fallecido”, indicó.