Sin duda que el despido de una periodista pocas veces había causado tanto revuelo mediático. Analistas, colegas, incluso un Premio Nacional de Periodismo, salieron en su defensa y además se criticó a un general de Carabineros que la vetó de un punto de prensa por atentar contra la libertad de prensa. Pero hay otras aristas que pasamos a revelar.
En medio del fragor periodístico provocado por el asesinato del carabinero Daniel Palma Yañez, la periodista de Mega Paulina de Allende-Salazar, en un despacho en directo, utilizó la expresión “paco” para referirse al fallecido funcionario. Corrigió de inmediato el lapsus que sin embargo no pasó inadvertido para nadie y la reacción fue inmediata.
Un general de Carabineros que se aprestaba a dar un punto de prensa vetó su presencia y del medio para el que trabajaba le ordenaron dejar el lugar. La periodista pidió disculpas de inmediato e incluso usó más tarde sus redes sociales para ello, pero no abandonó el lugar y asistió a la conferencia de prensa del uniformado que aceptó sus descargos.
Sin embargo, la secuela llegó poco después. Mega, mediante un comunicado público, anunció el despido de la profesional justificando la medida por haber incumplido la línea editorial de la estación. Las reacciones no se dejaron esperar: en cartas a la prensa, muchos de sus colegas criticaron la medida, incluido el Premio Nacional de Periodismo Abraham Santibañez.
La razón de fondo
Según publicaron algunos medios, los gritos en la sala de dirección ocurrido el hecho, se escuchaban en todo el canal, especialmente luego que la periodista no abandonara el sitio como se le habría ordenado. Otro elemento añadido fue que hiciera declaraciones a otros medios de comunicación, pese a sus reclamos que ella no era la noticia.
En la primera entrevista que dio tras el incidente, la reportera dijo que era falso que le hubieran pedido volver al canal de inmediato y que se enteró de su despido cuando escuchó el comunicado leído por Karen Doggenweiler y Gonzalo Ramírez.
Para un alto exejecutivo de Mega, cuyo nombre nos reservamos por motivos de confidencialidad, la razón de fondo del despido es otro: la administración del canal quiso marcar nítidamente que no son los periodistas los que deciden sino los directivos del “tercer piso”. Las instrucciones emanan de quienes están al mando y los profesionales deben atenerse a ellas. En caso contrario, pierden la confianza y la pega. La línea editorial del canal está sobre las posiciones personales de sus empleados.
En el caso de Allende-Salazar, además, cabe considerar que como periodista de investigación dio a conocer el fraude conocido como “Paco-Gate”, aún en proceso judicial. El hecho no es menor dado que, según nuestra fuente, existe una fuerte relación entre la institución uniformada y el canal, siendo este el único medio que en varias oportunidades transmitió en directo la ceremonia del aniversario de Carabineros.