Diversas reacciones ha tenido el fallo de la Corte Suprema, sobre la muerte del expresidente. Lo que si queda claro, es qué hay muchos que están convencidos que la muerte del Mandatario fue provocada. Su hijo Eduardo lo ha dicho públicamente y muchos más piensan igual.
Los nostálgicos recuerdan la inolvidable “marcha de la patria joven “, con ese final en el entonces Parque Cousiño y un discurso memorable de Don Eduardo, que llenó de mística y encendió a la juventud. En plena dictadura militar, el expresidente alzó su voz para rechazar la nueva Constitución y el Teatro Caupolicán vibró como nunca, con el grito “Freí si, otro no”.
Desafió públicamente a Pinochet a un debate, sobre los problemas de nuestro país. Lógicamente que el uniformado, no se dio por enterado. Habría hecho el ridículo. Tenía conciencia de sus limitaciones, y por suerte para él no debió enfrentar a Frei.
Eduardo Freí Montalva, fue mucho para este país. Inteligente, estudioso, honesto, preocupado, sobrio, fiel representante de la clase media, riguroso, trabajador, cercano a todos (en la foto de esta crónica con campesinos para quienes implementó la Reforma Agraria) y un gran político.
Si miramos la clase política de hoy, comprenderemos que Freí padre fue una excepción en la política chilena, por eso los mediocres, incapaces de superarlo, recurrieron a lo más bajo de la miseria humana y como siempre entre sombras.
Más allá de lo que técnicamente diga la Corte Suprema, está el juicio popular y la gran mayoría conoce lo que sucedió en aquel tiempo. Todos sabemos lo que pasó en aquellos años, aunque algunos lo callen y otros lo nieguen.
Es así nuestra realidad y es imposible cambiarla.