Equipo CDM
En el tenis cuando un jugador comete un error atribuible a su desempeño se conoce como “no forzado”, es decir es su responsabilidad. Algo similar ocurrió con el anuncio del Presidente de la República por su intención de convocar a todas las fuerzas políticas a firmar una carta rechazando el golpe cívico-militar del que se conmemorarán 50 años.
Uno de los momentos complicados de la gira presidencial a Europa, además de la entrega de medallas conmemorativas del golpe de Estado de 1973, fue cuando anuncio durante una entrevista radial en España que espera lograr un consenso en el país con relación a ese momento y su intención de “invitar a todos los partidos de Chile a firmar una declaración en ese sentido”, en orden a rechazar cualquier nuevo quiebre al sistema democrático imperante hoy en Chile.
«Convengamos todas las fuerzas políticas, independiente de nuestras posiciones actuales, que un golpe de Estado es inaceptable y que nada, ni las diferencias más agudas, justifican la violación de los derechos humanos de quien piensa distinto ni de nadie», dijo en la ocasión.
Para algunos hizo recordar a la presidenta Bachelet cuando anunció que había pedido las renuncias a sus ministros y que haría un cambio de Gabinete, todo eso durante una entrevista en televisión con Mario Kreutzberger (Don Francisco). La diferencia ahora fue que Boric no estaba hablando de los suyos sino de todos, incluidos los opositores a su gestión.
Nadie le dijo que no era el momento ni el lugar para anunciar una acción que no es sencilla ni atractiva para buena parte de la ciudadanía. ¿Y dónde estaban los asesores? ¿Nadie le dijo que eso no se hace por los medios de comunicación y menos en el extranjero? ¿Fue exceso de entusiasmo más que de realidad?
No cabe duda que una propuesta de esa envergadura debe ser conversada, socializada, analizada con quienes se busca convocar, a lo menos, antes de plantearla públicamente. Al parecer la salida de Patricio Fernández como coordinador de La Moneda de los actos del próximo 11 de septiembre, por presión del Partido Comunista y de grupos defensores de Derechos Humanos y Desaparecidos Políticos, se olvidó demasiado rápido en Palacio.
Y lo que vino a continuación era lo esperable.
Desde Renovación Nacional (RN) y la Unión Demócrata Independiente (UDI), los partidos con más parlamentarios de la oposición, rechazaron el llamado para firmar un acuerdo transversal que catalogue como «inaceptables» los derrocamientos armados. El jefe de la bancada de diputados de RN, Frank Sauerbaum, declaró que «no estamos disponibles para firmar ningún acuerdo que se escriba con la mano izquierda, con una visión sesgada y coaptada por el Partido Comunista, una visión de pasado». Desde la UDI, el diputado Juan Manuel Fuenzalida fue más duro, si quiere, al decir «esta invitación a firmar una declaración conjunta la verdad es que es propia del encandilamiento que está teniendo en su gira, porque acá actúa de otra forma».
Entre los partidarios del Gobierno tampoco pareciera haber demasiado apoyo. El representante de Red de Sitios de Memoria, Marcelo Acevedo, dijo a Radio Biobío “nosotros creemos que es un acto republicano y democrático…por lo tanto, no es dicotómico para nosotros que esa carta la firmen los partidos políticos, incluso la UDI o Republicanos». Sin embargo, advirtió que un gesto de ese tipo «es muy distinto» a que «los partidos que fueron cómplices de la dictadura (participen) en esta conmemoración».
En suma, un error no forzado del presidente Boric. Y si no le gusta el símil, le tenemos otro: Boric parece que se tiró a una piscina que no tenía agua.
