Produce desencanto y frustración ver los estadios vacíos, mientras los equipos se enfrentan en el masivo deporte con una mediocre actuación defendiendo el 0 a 0 según convenga.
¿Qué pasa en el fútbol, que cuenta cada día con menos adeptos y con más dudas? Además, los hinchas que quedan, ejercen la violencia como único argumento, espantando a los espectadores, amantes del deporte del balón.
Hace años ya, aparecieron los representantes de jugadores, nuevo oficio del fútbol, que intenta adueñarse de muchas cosas que nada tienen que ver con su actividad, como clubes a bajo costo y así influir en las decisiones de la ANFP y en la elección de sus directivos, entre otras. En la actualidad, el campeonato oficial está financiado por casas de apuestas, lo que hace temer que en el futuro presionen los resultados y más de alguna cosa que hoy no imaginamos. Los presidentes de clubes mantienen sus limitaciones intelectuales y su pequeña proyección para ver el futuro del deporte en el país y en el Continente. Las sociedades anónimas no cumplieron el rol que se esperó, el amor a la camiseta se acabó (un ex dirigente de Colo Colo, fue después gerente de Unión Española).
Los vivarachos aumentaron y hay algunos periodistas, que no cumplen con rigurosidad la profesión que ejercen.
Las canchas no están en condiciones – muchas veces – para soportar un encuentro, porque han sido destrozadas por un evento musical. La pregunta salta sola: ¿Para qué es una cancha de fútbol? La respuesta es obvia.
Las autoridades del deporte no han hecho mucho, quizás nada. Una ex ministra del Deporte, hoy es vicepresidente de un respetable club en competencia. “Ahora le interesó el fútbol y antes no nos dio ni bola“, dicen los más suspicaces.
¿Para qué sirve Estadio Seguro? Nadie sabe, ni siquiera los que lo integran.
El fútbol, pasión de multitudes, está en la UTI y nadie hace nada para que se recupere. Todos cuidan sus propios intereses y sus truculentas maniobras, para sacar adelante pingües resultados, mientras otros se enriquecen
Una pena… y un engaño.