La triada fatal que indica que tres actores o comunicadores destacados se van seguidos al Más Allá, se cerró. Antes partieron Luis Alarcón y Ana María Palma: hace unos días, Grimanesa Jiménez. Los dos primeros seguirán siendo inolvidables, entre muchos méritos, por el indio publicitario de Si camino no hablar…; ella por su personaje Felisa en la serie La Madrastra. A la querida Grima, en cambio, dueña a la vez de aplaudidas actuaciones en Los Venegas, La colorina, La Torre 10, Los Títeres, Villa Nápoli, Gemelas, Papi Ricky, presentaciones teatrales y fílmicas, asimismo se le recordará como una persona simpática, radiante, optimista, amistosa, solidaria, recta, espontánea. Contagiosa, necesaria. Detallo atributos porque no son frutos que se dan todas las noches en un ambiente teatral cargado de egoísmos, envidias, recónditos y abiertos individualismos.
Leal, equilibrada, nunca la escuché hablar mal de nadie. Fino humor británico heredado de su maternal apellido Lockett, La Grima, así le decían cariñosamente, nació en Santiago, pero a los pocos meses, debido a la profesión militar de su padre, fue llevada a Iquique, región que consideraba su cuna natal. Bromeando y en serio siempre se declaró hija de la tierra de campeones al lado de Antonio Prieto, Arturo Godoy, Estanislao Loayza, Freddy Wood, Juan Ostoic. Con amplia sonrisa, narraba:
-Si pues: ¡donde me ven fui reina de belleza en Iquique! Creo que tenía apenas seis años cuando en mi colegio me eligieron su majestad. Y muéranse de la risa. ¿Saben quién fue mi Rey Feo? ¡Nada menos que José Soria! Siii. El Choro Soria, después alcalde varias veces y que ya era feo. Ja ja ja ja…
A lo largo de su brillante trayectoria -nos dejó a los 86 años- tuve la suerte de alternar variadas veces con Grimanesa. Y, por supuesto, lo agradezco. Realidad que me permite narrar que nos dejó sin haber podido concretar uno de sus sueños más preciados. Sucedió entre 1996 y 1997. Junto a Francisca Robles Rivera (hija de la periodista Manola Robles) y Patricia Larraguibel, realizaron un post título en Gestión Cultural en la Escuela de Economía de la U. Entre sus profesores: Enrique Solanich, crítico de arte; el museólogo Santiago Aránguiz; el decano José Yáñez. Nombre del anteproyecto de título: La fundación de Santiago en espectáculo de Luz y Sonido. Asesor, el arquitecto Miguel Laborde.
Cierro los ojos, la veo sonriente, atrapo y reproduzco su antigua quimera y justo entusiasmo:
-¡Escenificaremos la llegada de Pedro de Valdivia y la fundación de Santiago al pie del cerro Huelén ante los cientos de aborígenes picunches! ¡Personificaremos hasta al toqui Michimalonco y a la Inés de Suárez! ¡Tienen que aprobarnos! Yo, la idea la encontraba magnífica pues seguía lo que entonces se hacía en las grandes metrópolis mundiales: Son et Lumière. Estimaba que sería un aporte a la cultura, un aliciente al turismo santiaguino, un estímulo a los creadores locales. Sin embargo, la comisión no pensó lo mismo. Opinando que podría ser realizado más adelante lo objetó y no entregaron el título a nuestra ilustrísima ciudadana iquiqueña y, quizá, la única actriz que pudo darse el patriótico lujo de haber venido al mundo ¡un 21 de mayo y decir adiós un 18 de septiembre! Inmensa, ejemplar, noble y apreciada amiga, no te preocupes, en el cielo sí que darán cabida a tus luminosos sueños.