Con la renuncia de la titular al Ministerio del Interior, Carolina Tohá, y posteriormente anunciar su candidatura a la Presidencia de la República, se dio paso al comienzo de la carrera para llegar a obtener la Primera Magistratura del país.
Uno que lleva años votando y viendo los procesos previos, se pregunta, ¿cuánto hay de ambición en los candidatos, de narcisismo, de figuración y de sentirse los dueños de la verdad en todo esto?
Seguramente mucho, aunque ninguno estaría en condiciones de reconocerlo de manera pública. Lo negarían terminantemente. Todos van a tener una fórmula mágica para aumentar significativamente el crecimiento y así dar más trabajo, lo que reduciría la cesantía. Eliminar las desigualdades socioeconómicas, nuevos planes para la educación. Con novedosas tecnologías y otros sistemas de seguridad, contener la delincuencia y dar tranquilidad a la población. Aumentar los sueldos, proteger a los más pobres y a las personas de la tercera edad …
¿Quieren que siga? Podría hacerlo, porque ya me aprendí de memoria las eternas promesas de los candidatos, que generalmente no se cumplen totalmente y que quedan pendientes para las próximas candidaturas.
Sin embargo, hay que permitir que la gente se ilusione y tenga la esperanza de que sus problemas tengan solución. Eso es lo más sano, por ahora.