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¿Hasta cuándo? por Alfredo Lamadrid B.

¿Hasta cuándo? por Alfredo Lamadrid B.

Nadie sabe cuánto durará lo que estamos viviendo en la actualidad. Se ha dado cuenta usted que la situación es insoportable para el ciudadano común. Ese que trabaja y protege a su familia para un futuro mejor, sin salir a marchas ni participar en vandalismos innecesarios. Ese que cumple con sus deberes ciudadanos y que nunca es escuchado por las autoridades. Ese que no mete bulla ni llama la atención y que, por lo mismo, siempre es olvidado. Ese que es víctima de una situación en que él no tiene nada que ver, pero que la padece. Ese personaje que enfrenta hechos provocados por delincuentes que, con nutrido prontuario, están libres. Mire y revise sin asombrarse, el panorama que enfrenta el hombre bueno de un Chile que desaparece.

En los tiempos que vivimos, la delincuencia nos derrota totalmente y cada día son más los delitos que las soluciones al respecto.

La Convención Constitucional discute temas que no están entre sus atribuciones y aprovecha -de pasada- de subirse los dineros, para diversos ítems que no quedan muy claros. Los políticos pelean y discuten (todos son dueños de la verdad) por materias que no son tan importantes para la ciudadanía, olvidando o postergando las que demandan los habitantes. La corrupción que sigue sorprendiendo a todos. Carabineros, el Ejército y ahora la PDI se ven con un manchón que nadie esperaba. Los sinvergüenzas de cuello y corbata están libres, aunque no debieran. La mayoría de las Municipalidades endeudadas. Las pensiones no alcanzan y la reforma de estas sigue estancada. La droga que se extiende por el territorio, con el daño que todos conocemos. La Iglesia en silencio, avergonzada de sus propios errores y abusos sexuales. Los femicidios están a la orden del día. La Araucanía arde sin que nadie logre que se entiendan y se solucionen sus diferencias que se mantienen por demasiado tiempo.

El medioambiente amenazado y con un futuro que espanta. Menores que desaparecen, sin explicación (caso Tomasito, entre tantos otros). Fuegos artificiales para dudosos funerales, que ponen en riesgo a los vecinos. Algunos problemas sanitarios ante la Pandemia, que nos ha afectado sin piedad. La colusión de las grandes empresas. Candidatos presidenciales que prometen un país mejor y que en muchas oportunidades (la mayoría) no cumplen lo que han prometido para obtener el poder.

Una Plaza que con tres apellidos (Italia, Baquedano y Dignidad), se ha convertido en un campo de batalla. Personas que no pagan el arriendo de las casas que habitan y no se las devuelven a sus dueños por años. La burocracia que no se reduce y más bien aumenta. Las ayudas económicas que a la mayoría no les alcanza. La cesantía que sigue siendo alarmante. Los tiroteos que se realizan a plena luz del día y que le provocan terror a la población. Los asaltos, los robos, las agresiones, los abusos, las desigualdades, el ninguneo que se mantiene, la pobreza que crece, mientras los fanatismos nos ahogan. Hay tantas cosas más que le quitan la tranquilidad y la paz a nuestros días.

¿Hasta cuándo? La pregunta sin respuesta, sobre todo para los que vivimos días pasados en que estás situaciones no eran parte de nuestro diario vivir. ¿Qué nos pasó? Ojalá lo supiéramos…para corregirlo y superarlo…si es que podemos.

Alfredo Lamadrid B.

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