Con el tiempo llegamos a ser buenos “compinches” con la Yoly. Era una crítica temible, pero muy respetada. Usaba, de repente, términos desconocidos para reforzar sus ideas y eso le otorgaba una característica muy singular. Sabía mucho de ballet, de teatro, de ópera y también con el tiempo se fue adentrando en el espectáculo más popular, tratando a los cantantes chilenos de “rascas”.

Trabajé con ella en Teleonce, en Cuanto Vale el Show, en Éxito y también hicimos algunas incursiones en radio. Era distinta en la intimidad.

Divertida, chacotera, espontánea y muy buena para la talla. Fui compañero de ella en UNIACC, donde ambos hacíamos clases. De pronto, supe de su Alzheimer y aunque intenté verla en variadas oportunidades, no se me permitió.

La vi en su despedida final y pasaron por mi mente, muchas anécdotas y hechos que vivimos en conjunto. Inolvidable la Yolanda. Descúbrala y recuérdela en esta entrevista de Humanamente Hablando.

Alfredo Lamadrid B.