La fotografía es del atleta Jim Thorpe durante su participación en los Juegos Olímpicos de 1912 en Estocolmo, Suecia. Antes de la competencia le robaron las zapatillas.
Jim creció en la adversidad por ser mitad indio y medio americano fue víctima de buyllying y creció en la pobreza. No obstante tenía la firme determinación de competir y ganar.
Se consiguió una zapatilla con un compañero, que era muy grande por lo que se puso dos calcetines, y la otra que era muy chica la tuvo que hacer calzar a la fuerza.
La moraleja de esta historia es que quien quiere algo encuentra los medios, todo el resto es una excusa.