La política está en deuda

De eso no cabe duda. El elector, cansado y aburrido de las promesas no cumplidas le ha dado vuelta la espalda a los políticos, a sus propuestas repetidas e inservibles, a su lentitud para enfrentar temas urgentes, a su ambición por el poder, a su falta de creatividad para hacer crecer el país, a su deshonestidad (boletas ideológicamente falsas), a su desconexión total con la ciudadanía, a que sean los mismos de siempre y a tantas otras cosas que nos irritan y nos aprobleman.

¿Y qué se hace entonces?

La ciudadanía se abstiene de participar en los procesos eleccionarios por la desilusión que la invade.

¿Y qué hacen los políticos?

Ponen el voto obligatorio y obligan a la gente a votar, ya que en caso contrario se exponen a multas y sanciones que poco tienen que ver con la libertad. En vez de esforzarse por seducir a los votantes con propuestas nuevas y necesarias, ellos prefieren obligar a los ciudadanos a que hagan lo que no quieren.

La política está en deuda y los políticos no lo quieren entender ni asumir. Y la deuda sigue creciendo.

Alfredo Lamadrid B.