Cuando estaba vivo, cada vez que podía Vittorio Gassman declaraba que la televisión era la peor peste que había caído sobre la tierra y que de ella sólo escapaban los noticiarios. Exagerado el gran actor italiano. Ni lo uno ni lo otro. Todo discutible. En cualquier situación, su opinión me da pie para escribir unas frases acerca de los telediarios criollos y afirmar que en el presente constituyen la columna vertebral de cualquier estación. Las noticias alimentan las programaciones: madrugan, interrumpen almuerzos, corren sábanas nocturnas.
La historia de la TV cuenta que al comienzo los noticiarios no eran bien vistos. Se creía que el medio electrónico, hoy digital, estaba destinado a ser lagar de comedias musicales, concursos, comedias. Sin embargo, la necesidad de estar al día, obligó a usar locutores de sucesos en off. Hoy, a veces la presencia de sus reporteros y camarógrafos es aguardada, aplaudida por su virtuosa inmediatez pero también, en variadas ocasiones, por su excesiva repetición, sus ejecutores hasta son considerados pájaros del mal agüero.
Esta última falencia es una de las más criticadas por la teleaudiencia:
-Me tienen cansadas las noticias. Parece que se ponen de acuerdo para repetirlas. Sus directores son felices explotando el morbo.
En síntesis, lo concreto es que nuestros telenoticiarios difieren muchos de otros ejemplares extranjeros de la misma especie. Bastaría mirar la TV alemana, CNN norteamericana y hasta Telesur venezolana para comprobarlo. Veamos algunas de sus debilidades:
Longitud.- Debe ser su mayor defecto. A veces superan los noventa minutos. Acromegálicos. Fatales. Agotadores. Desvirtúan parámetros esenciales. Creo que son únicos en la esferavisión. Seguramente factores comerciales obligan a sus propietarios a mantener el monstruoso formato.
Similitud.- Casi siempre, a la misma hora están transmitiendo idéntica información. ¿Simple coincidencia o exigencia de la oficina de prensa gubernamental? ¿Olfato periodístico o los pautean desde La Moneda? ¡Incluso emiten iguales imágenes!
Contenidos.- Lo policial es su exquisito menú. Se solazan hablando de motochorros, traficantes, vagones del tren de Aragua, carteles, lanzas internacionales. La mitad de la emisión está dedicada a los maleantes. Ante tal despliegue criminal, muchos televidentes escaparon al Cable.
Escenografías.– La prosémica audiovisual que lucen parece ser obra del mismo escenógrafo. Aceptando que los adelantos tecnológicos exigen mayores espacios para jugar con hologramas, cuadros sinópticos, no sería mal visto que alguno de los noticiarios, jugando con similares elementos, explorara un diseño que los diferenciara. Tarea para artistas.
Más allá de las críticas, destaco que últimamente los noticiarios han incorporado saludables notas de divulgación científica, culturales y ¡Por fin! ante la cercanía de los Juegos Panamericanos, no sólo se preocupan de los futbolistas -fatigan Vidal y Sánchez- sino que dan cobertura a otras valiosas actividades atléticas. En buena hora.
