La noche del 31 de diciembre de 1999, cuándo esperábamos el nuevo siglo con algo de incertidumbre, debido a todos los cuentos que escuchamos desde niños, acerca de que el año 2000 se acabaría el mundo, nos hacía tener íntimamente alguna inquietud, pero por lejos nos superaba la alegría desbordante de enfrentar un nuevo siglo. Quizás nunca en aquella noche imaginamos lo que nos traería el nuevo siglo. Llegaron las 12 y desatamos nuestra alegría bailando, “Un año más… qué más da… cuántos se han ido ya”.
En esos años, estábamos en una tímida democracia que seguía manteniendo situaciones que a muchos nos parecían injustas, pero teníamos fe que en el futuro próximo se superarían.
Seguía la salud pública con problemas, las pensiones eran muy bajas, la educación tenía diferencias notorias entre la pagada y la gratuita, los sueldos eran bajos y no alcanzaban para mucho. Nada era fácil, pero confiábamos que, en breve, todo se superaría, mientras seguía el baile “son 15, son 20, son 30…40, 50, 60, no importa los años que tienes…es el tiempo el que no se detiene”
Ahora en pleno siglo XXI, la cosa no se ve muy bien y se advierte un estado crítico, debido fundamentalmente al descrédito de la clase política, a la caída de instituciones hasta hace poco muy respetables, a dineros públicos mal usados y en algunos casos simplemente robados, a la falta de seguridad por una delincuencia crecientes, a los abusos injustificados, a sueldos mínimos que no alcanzan para nada, al olvido de los adultos mayores y tantas otras cosas que nos llevan a descubrir que definitivamente nos encontramos en un país complicado por injusticias y desbordes innecesarios que no se justifican y que ya ni siquiera llegan a sorprender.
Ante todo esto, una elección presidencial en que todos prometen un país mejor. ¿Cómo saber quién cumplirá esa promesa y levantará a Chile?
La pregunta sin respuesta.
Alfredo Lamadrid B.
¿Por qué no decimos la verdad?… Y no solamente lo que nos conviene!
Mi bisabuelo (Fernando Bidart) vino desde Francia a intentar en nuestro país instalar sus sueños… y felizmente lo logró…
Un país que está enterrando sus sueños… por Alfredo Lamadrid B.
Con la situación cómo está y la inseguridad que nos acompaña día a día, se terminan muchas cosas y una de ellas es la capacidad de soñar.
La delincuencia se impone, mientras el país teme… por Alfredo Lamadrid B.
Lo veníamos advirtiendo hace mucho tiempo, pero los políticos no escuchan y dejan que las cosas revienten, para recién ocuparse de ellas.
¿Qué nos hizo cambiar tanto?… por Alfredo Lamadrid B.
Me encuentro con un amigo que no veía hace unos años. En la conversación, él me repite dos o tres veces la frase del momento. “Es que Chile cambió”
El derecho a la esperanza… por Alfredo Lamadrid B.
Cuando se pierde ese derecho, que es lo último a que podemos acudir, no queda casi nada… o sencillamente nada.
La mala educación… y la poca vergüenza… por Alfredo Lamadrid B.
Estoy aburrido de ver como personajes de importancia no responden a los periodistas y noteros que los invaden, cuando estos “personajes” son protagonistas de la noticia.