La gente, las personas comunes, los ciudadanos de a pie o como quieran llamarles, están confundidos, entiende poco lo que está sucediendo con la discutida clase política.
No cabe duda que lo que ha pasado es mediocre, por decir lo menos. Insólito. Extravagante. Superficial. Infantil. Ordinario y no sabemos qué más.
Lo que sí sabemos es que la clase política no da el ancho, para los tiempos que vivimos.
Resulta risible como todos los que participan en esta loable actividad, intentan quedar bien con la gente para ser reelegidos y pareciera ser que es lo único que les preocupa, porque así lo percibimos los que los vemos en la televisión o escuchamos por la radio, y la ciudadanía en general.
La misma gente que es usada y a la cual se le prometen cosas que nunca se cumplen. NUNCA…y de eso, somos culpables todos, los poderosos y los vulnerables. Los que mandan y los que escuchan, en un mundo “problemático y febril “, donde nadie comprende mucho, ni los que mandan, ni los oprimidos. Ni usted, ni yo. Ni nadie, finalmente.
