LOS COMERCIALES EN LA TELEVISIÓN
La señora Lela sale de su pieza indignada y le dice a su prima: “Ya están resultando insoportables las tandas de comerciales que hay en la televisión abierta. Son más largas que los programas. No hay salud”. La prima la observa y le agrega: “Tienes toda la razón. La otra vez estaba viendo una película y la tanda era tan larga, que se me olvidó de que se trataba el largometraje”. La señora Lela la interrumpe y le dice: “Los animadores hablan de una brevísima pausa comercial. ¿Nos están tomando el pelo?“.
“Hace rato ya… ¿o no te has dando cuenta?”, concluye la prima. El silencio invade el ambiente.
LAMENTABLE
“Resultó chocante ver en la tele, cómo lo desalojaron de la casa que arrendaba, al imitador de cantantes famosos, Antonio De Marco”, me dice mi prima. “Bueno la ley es justa para todos. El que no la cumple, debe enfrentar a la justicia“, me contesta la señora Lela. “De acuerdo, eso es cierto pero los artistas siempre están dispuestos a actuar gratuitamente en beneficios y show de ayuda a la comunidad… y cuando tienen problemas, debiéramos ayudarlos con el mismo desinterés que lo hacen ellos”.
“La ley es la ley “, responde tajante la señora Lela y agrega: “el que no la cumple, debe someterse a las consecuencias”. La prima la mira y le dice con ironía: “Podían someterlo a clases de ética, en vez de desalojarlo”. Ambas ríen y cambian el tema.
EL FESTIVAL…LA GALA Y OTRAS YERBAS…
“En algunos matinales están promoviendo el Festival de Viña que viene, recordando antiguos eventos y añorando momentos que según unos pocos, han sido inolvidables. ¿Qué te parece?”, me dice la prima. Yo la miro y le señalo con displicencia: “La verdad es que no encuentro muy creativo el sistema. Siempre lo mismo. Ahora, ¿qué van a hacer los chupamedias de la tía Coty, a quién van a elegir ahora, los pateros de siempre?” “No les va faltar a quien”, me dice mi prima.
“Se acerca el momento en que la frivolidad se toma la pantalla y donde las cosas más superficiales se dicen en tono trascendente. Se acerca la Gala, donde algunos y algunas la confunden con una fiesta de disfraces, por las tenidas que lucen. Se acerca lo mediocre y lo pequeño, en una fiesta que debiera ser distinta. Tengo curiosidad por ver los cambios que le va a imprimir la nueva alcaldesa, ¿hará alguno?
Nos quedamos mirando en absoluta silencio.