La seguridad…insegura
“No puede ser que se haya asesinado a tres carabineros en menos de un mes“, opina la señora Lela indignada y continúa: “Hasta cuándo vamos a seguir con esta situación que ya parece incontrolable. Sería oportuno hacer algo que la redujera, acota muy molesta”.
La mira su prima y señala: “Hay que hacer algo, pero con prudencia. No podemos transformar el país en una guerra“. La señora Lela la interrumpe: “No sé qué se saca con las mesas de diálogo y con discutir, una y otra vez lo mismo. No creo que aprobando leyes, que dormían mucho tiempo en el Parlamento, vamos a solucionar un problema que tiene raíces muy profundas”.
“Pero es que…“, dice la prima y la señora Lela se altera: “Cállate, tú no entiendes nada. Una migración que no es bien controlada, un puerto como el de San Antonio sin scanner, lo que redunda en una entrada de drogas y armamento, sin que nadie se lo impida. No puede ser”.
La prima temerosa le habla: “¿Puedo decir algo?”. El silencio invade el espacio y la prima continúa: “Si yo te encuentro la razón, lo único que he dicho es que se hagan las cosas con prudencia, para no equivocarnos nuevamente”. La señora Lela añade: “Que se haga algo efectivo, para terminar con esta seguridad insegura que estamos viviendo”, y la prima termina: “Hagamos un minuto de silencio por el carabinero Palma, asesinado impunemente y que pagó con su vida la ineficacia de otros”.
Un silencio desgarrador inunda la sala. No hay más comentarios. Ambas continúan con sus quehaceres, sin opiniones.
