Presidente del máximo tribunal votó en contra pero perdió.
Los automóviles de la denominada alta gama tienen un valor sobre 56 millones de pesos. Con su sueldo, un magistrado podría adquirirlo en 5 meses; un trabajador con el sueldo mínimo se demoraría 10 años.
Un escándalo público inesperado viven los integrantes de la Corte Suprema al decidir la compra de sus nuevos automóviles, 22 en total, con un costo final superior a los 1.200 millones de pesos. La decisión se materializó en una sesión del pleno a comienzos de mes, con el voto en contra del presidente Ricardo Blanco (en la foto) y el de la ministra Andrea Muñoz. No votó por no estar presente Mauricio Silva, aunque había manifestado su oposición a la adquisición.
Los automóviles de la denominada alta gama tienen un valor sobre 56 millones de pesos cada uno. Con su sueldo, más de 10 millones al mes, un magistrado podría adquirirlo en 5 meses; un trabajador con el sueldo mínimo se demoraría 10 años. Cabe recordar que los magistrados tienen un ingreso superior al del Presidente de la República (unos 8 millones) y que los parlamentarios. Solamente son superados en su remuneración por unos pocos funcionarios públicos, como el presidente del Banco Central (alrededor de 20 millones).
Las críticas por la compra llegaron de todas partes. Incluso la Asociación de Funcionarias y Funcionarios Judiciales en una declaración afirmaron “Nos parece poco oportuno que se gasten más de mil doscientos millones de pesos en 22 autos, hecho que es contrario al carácter austero de la judicatura. Es por ello que esta Asociación rechaza esta adquisición y viene en recordar que los servidores públicos deben extremar el cuidado de los recursos destinados para cumplir los fines institucionales, cuidando en todo momento de no dilapidar los fondos destinados a la administración de Justicia”.
Por su lado el ministro de Hacienda, Mario Marcel, si bien dijo que el gasto estaba en el presupuesto del Poder Judicial y que a él no le correspondía pronunciarse, les mandó un recado a los Honorables. Afirmó que ocupa un auto del 2015, con 260 mil kilómetros recorridos, y que funciona bien. Más claro, echarle agua.