El pasado domingo el actor cumplió 88 años
Ganador de tres Óscar, nominado en muchas otras ocasiones, y galardonado con muchos premios importantes como los Globos de Oro, Robert Redford ya es historia del mejor cine de Hollywood. En España fue propuesto para el Princesa de Asturias, en 2016, pero no se lo concedieron; por su contribución al Séptimo Arte estaba más que justificado.
Conforme iba cumpliendo años empezó a sentirse ya cansado del cine. En 2017 rodó junto a Jane Fonda, otra de sus buenas amigas y colegas, «Nosotros en la noche». Y dos años más tarde la que consta como la película de su despedida de la pantalla: «Avengers: Endgame».
Una parte poco conocida de su historia transcurrió en España. En sus primeros años de actor las cosas no le estaban saliendo como esperaba, Pese a haber compartido pantalla con Marlon Brando en “La jauría humana”, se sentía frustrado y lleno de dudas porque su gran oportunidad no llegaba.
Entonces tomó la decisión de hacer un cambio radical. En enero de 1966 se fue con la familia, mujer y dos hijos, a España. Arribaron a Gibraltar a bordo de un barco y, desde allí, se trasladaron hasta la sierra de Mijas, en Andalucía, el lugar escogido para establecer su refugio, una zona ya conocida por el actor puesto que había viajado por Francia, Italia y España.
Eligieron para vivir una vieja casa obviamente pintada de blanco que no tenía ni electricidad ni agua corriente, pero con piscina. Era lo que buscaban.
Redford pasaba el día descalzo, planeando aventuras campestres con sus hijos y pintando los paisajes de la sierra, afición artística que lo llevó a la universidad y que estuvo a punto de elegir como profesión en lugar del cine. Se movía por los alrededores en una destartalada moto, la cual se rumorea que continúa aparcada en algún rincón del pueblo, según un reportaje de Rocío Marín publicado por el diario El Debate de Andalucía. Se acercaba a las pequeñastiendas de Mijasa comprar víveres, confundiéndose con los vecinos y sintiéndose uno más. Incluso disfrutaron de las procesiones de Semana Santa. Además, vendía los cuadros que pintaba de los paisajes del entorno. Es decir, un a vida de “hippie”, el movimiento socio-cultural de esos años.
Como cuenta Michael Feeney Callan en Robert Redford. La biografía, los días de desconexión y felicidad de los Redford terminaron a los seis meses, cuando el actor empezó a encontrarse con viejos conocidos de Hollywood en la zona y las visitas comenzaron a llegar sin haberlas deseado, terminando así con la tranquilidad y el anonimato que tanto deseaban.
Renovados por la experiencia, Robert Redford y su familia regresaron a Estados Unidos; los chicos al colegio, Lola Van Wagenen, su mujer, a la universidad que había abandonado y que acabó por convertirla en historiadora y el actor a enfrentarse a su carrera con una energía muy diferente.
A partir de entonces su vidalaboral cambióy los papeles protagónicos comenzaron a llegar. Comenzó el rodaje de “Descalzos por el parque” junto a Jane Fonda y, dos años después, “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (Dos hombres y un destino)lo juntó con Paul Newman.
De allí en adelante nunca más tuvo dudas de su carrera como actor y luego como director de al menos doce producciones. Seguro que su vida como “hippie” en España fue un punto de inflexión en su decisión.