Y, cuando se concreta, ya muchos se han olvidado del caso. En Viña del Mar, todavía no se conoce el resultado del desorden administrativo, por decir lo menos, de la alcaldesa saliente. Igual situación sucede en Vitacura, en Maipú, en Lo Barnechea y en muchas otras municipalidades a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Entonces, los ciudadanos se preguntan si eran ciertas tales acusaciones. Nadie sabe a ciencia cierta, si las querellas eran verdaderas o falsas.
También pasa con los actos delincuenciales. ¿Quién mató a Tomasito?, se pregunta más de alguno… y nadie tiene respuesta a esa interrogante. Tantas otras que van quedando en el olvido.
En el caso Penta, ¿se terminaron las clases de Ética? Nunca se supo. ¿Rindieron un examen al final? ¿Quién se los tomó? ¿Lo aprobaron?
Cuantos casos más llaman a la risa y a la incredulidad, mientras la droga y el narcotráfico dominan a barrios y poblaciones.
¿Quién mató a Jorge Matute Johns en Concepción? Nadie sabe y lo sacaron desde una discoteca, repleta de asistentes…pero nadie vio nada. Absolutamente nada.
Y así, sin darnos cuenta, dejamos que todo.se demore y el hombre común, ese que trabaja, cumple con sus funciones, no coimea y gana un sueldo que no le alcanza, no entiende mucho todo lo que sucede, pero lo sobrepasa y mastica su rabia y su impotencia, mientras canta en voz baja la vieja canción: “Los inmorales nos han igualado“.