Los últimos acontecimientos, con tres carabineros asesinados en tres semanas por delincuentes, muchos de los cuales con orden de detención y pese a ello se pasean libremente por nuestro territorio, como muchos más que están en la misma condición.
Nuestras leyes, la reforma procesal penal, las fiscalías, cuya cantidad es insuficiente, el número de policías que no es el que necesitamos, tampoco el armamento con que operan, y otras falencias impiden enfrentar la crisis en que se encuentra la seguridad ciudadana.
La clase política que recién está despertando, ante una realidad imposible de esquivar, ya ha aprobado leyes cuyos proyectos dormían en el Parlamento “el sueño de los justos“.
Tantas falencias, errores, demoras y un inadecuado abuso de las ideologías, muchas de ellas obsoletas y deterioradas por el paso de los años, han traído al país una inseguridad total que tiene a las personas encarceladas en sus moradas.
¿Quién hubiera imaginado un Chile así? Quizás nadie, solo la realidad que termina siendo aplastante y demoledora. ¿No le parece?
