Próxima semana se cierra juicio de apelación.
Han transcurrido prácticamente siete años desde la desaparición de la joven japonesa Narumi Kurasaki, donde el único condenado por el caso a 28 años de cárcel por homicidio premeditado es el chileno quien fuera su pololo.
En estos días se lleva adelante en Francia un juicio de apelación a esa condena, en el cual las exposiciones, de acuerdo a los despachos de periodistas que cubren el caso y de medios galos, parecieran confirmar los hechos que llevaron al anterior jurado a declarar culpable al chileno.
Independiente de las dramáticas reacciones de los familiares de la desaparecida al escuchar testimonios de personas citadas, tanto por la defensa como de la Fiscalía, no son muchos los nuevos antecedentes que parecieran poder ayudar a la defensa. Todo lo contrario ocurrió con una persona que aseguraba haberla visto comiendo en un restaurante días después que se la diera por desaparecida, cuando quedó demostrado que se trataba de una joven asiática, pero de origen taiwanés. En tanto el padre del condenado, Humberto, subió al estrado para hablar de la calidad de su hijo, pero ocupó casi dos horas en criticar las fallas que, en su opinión, hubo en la investigación del hecho.
Por otro lado, amigas de Narumi confirmaron que Zepeda les pidió traducir al japonés frases que, presuntamente, utilizó luego para enviarlas desde el celular de la víctimapara constatar que se encontraba en buenas condiciones.
A días de finalizar este segundo juicio, ha llamado la atención de los presentes la frialdad de Zepeda al escuchar las declaraciones. Incluso este martes la persona que traduce del francés al japonés se quebró emocionalmente ante el testimonio de una de las hermanas de Naromi.
Según el periodista Roberto Cox, enviado de Chilevisión, una de las teorías que se maneja para los próximos días es que los abogados convenzan a Zepeda que se declare culpable, lo que podría ser un atenuante para rebajar la pena recibida en primera instancia. Cabe recordar que Narumi despareció la noche del 4 de diciembre de 2016 desde una residencia universitaria en la ciudad de Besançon.