A sus 65 años mantiene una figura espléndida como la que lució en “Bajos instintos”
La actriz será una villana en la secuela de la película “Nadie”, que protagoniza el actor Bob Odenkirk. A sus 65 años, es una de las pocas actrices de Hollywood en activo cuya carrera se labró en exclusivamente una cinta.
Lo defiende así en el cierre de su autobiografía, “La belleza de vivir dos veces”, en la que narra con minuciosos detalles el tortuoso camino para llegar a donde está.
Una accidentada biografía en la que cuenta cómo el mayor de sus éxitos y que le catapultó a la fama, su papel como asesina en “Bajos instintos” (1992), estuvo teñido por un supuesto engaño por parte de su director, Paul Verhoeven, quien la actriz asegura que nunca le dijo que enseñaría sus partes íntimas sin ropa interior. Y eso es solo el principio.
«No se te ve nada, solo necesito que te quites las bragas ya que el blanco (del vestido) refleja la luz, por eso sabemos que tienes las bragas puestas».
Esta fue la excusa con la que, escribe Stone en el libro, Verhoeven le pidió que se quitara la ropa interior para la mítica escena del cruce de piernas con el que intentaría seducir al policía.
Pero como cualquiera que haya visto la escena sabe, sí se le veía. Y Stone lo supo en el primer visionado de la película en el que, lejos de estar solo el equipo de rodaje, había «una sala llena de agentes y abogados, la mayoría de los cuales no tenían nada que ver con el proyecto. Así fue como vi la imagen de mi vagina por primera vez», escribe.
«Éramos yo y mis partes ahí arriba. Tenía que tomar decisiones. Fui a la cabina de proyección, le di una bofetada a Paul, me fui, me metí en el coche y llamé a mi abogado, Marty Singer», relata.
Después de pensar en denunciarlo, Stone cambió de opinión. «Fue mucho en lo que pensar», cuenta. Y finalmente decidió seguir adelante con la película tal cual a pesar del engaño: «Por el amor de Dios, luché por ese papel, y en todo ese tiempo solo este director me había defendido. Tenía que encontrar alguna forma de volverme objetiva».
Después de ver el montaje final, Stone descubrió que la excusa del director era solo una artimaña para que ella expusieras sus genitales, acusación que el director niega rotundamente.