Desgraciadamente no hay solución para algunos, que están decididamente inmersos en el delito, en la droga y que no respetan la vida de nadie.
Hernán Garrido, en su película “PRONTUARIO“, relata la historia del delincuente René Cerón Pardo, autor de cinco asesinatos. A este sujeto se le sometió a una operación de lobotomía, que supuestamente reprimiría sus instintos agresivos. Pese a ello, volvió a matar a un semejante.
Recuerdo el crimen de Cupertino Andaur al niñito Víctor Zamorano Jones en su casa de Lo Curro. Sin explicación, sin lógica, sin razón. Sin embargo, se le liberó de la máxima sanción, porque el Presidente, desconociendo el trabajo serio del Poder Judicial, le otorgó una prisión perpetua. Murió solo en su celda de Colina 1 el 2020.
Lo que no se agrega es que muchas víctimas no alcanzaron a nombrar a Dios, cuando fueron ultimados por agresivos asesinos
No hay que recurrir a frases hechas con lugares comunes, que no representan a la sociedad de hoy. Hay que actuar y a nuestros compatriotas eso les cuesta mucho. Todos viven cuidándose de no sé qué y los delincuentes se pasean por las calles, mientras la autoridad promete soluciones para el futuro. ¿Y ahora?
Piénselo y me cuenta.