Vemos a la clase política preocupada de cosas que desgraciadamente sucedieron en Chile y que es necesario revisar, para no volver a cometer los mismos errores.
Para entender nuestra historia con sus errores y aciertos, para aprender del pasado, para conformar nuestra historia, con sus defectos y virtudes, hay que seguir investigando, para obtener la verdad que es tan necesaria para cualquier sociedad.
Todo esto es loable, no hay duda, pero nos salta una pregunta que tiene que ver con el destino de nuestros hijos y nietos.
¿Qué piensan los políticos de hoy, del futuro de nuestro país? Eso lo echamos de menos y nos preocupa porque el mundo del mañana va a ser absolutamente diferente al actual. La tecnología, la ciencia y el desarrollo nos van a llevar a enfrentar desafíos que en la actualidad ni siquiera imaginamos.
Los países tienen pasado, pero también tienen futuro y no es positivo no reflexionar sobre los dos temas. Al contrario. Lo más sano es enfrentar el futuro, con el conocimiento de nuestro pasado.
Y eso no está sucediendo hoy. Es el momento de hacerlo, porque mañana puede ser demasiado tarde.