Luego de producir y presentar emblemáticos programas de suspenso en la televisión (Mea Culpa, El día menos pensado, entre otros), el periodista y realizador Carlos Pinto se lanzó a la literatura, específicamente a la novela, alcanzando con dos creaciones una llegada al público que ni siquiera lo pudo presagiar. Su entrada al campo de las letras bajo el título de El Silencio de los Malditos, es la historia de un hombre que ha cometido un horrendo asesinato sin justificación alguna, pero que devela una vida de privaciones, dolor y venganza. La segunda apuesta se titula El Jardín de los Inocentes, y se basa en un tema de importante actualidad: un estudiante de medicina que realiza abortos para financiar sus estudios.
En conversación con Cada día Mejor Carlos Pinto comentó que mientras grababan sus programas mucha gente se acercaba a contarles sus historias. Un día se acercó un exfuncionario policial que le relató la historia de la clínica de abortos. Si bien la historia a veces desbordaba la barrera la de la veracidad, esta no dejaba de ser una buena historia. «A mí me encanta que me mientan», dijo el autor cuando contó el origen del libro en un panel.
Cuenta que su motivo para escribir una historia se basa en una dualidad entre la ficción y la realidad,un espacio donde se permite aflorar la creatividad. «Que sea una mezcla entre realidad y ficción, me permite hablar de un propósito que es creativo, filosófico, que el autor; en este caso yo, quiere plantear», reflexiona.
Alberto Fuguet dijo al comentar el primer libro que con tu estilo había aparecido un nuevo género literario, ¿qué opinas de eso?
Muy generoso Alberto en su apreciación. Yo escribo sin pensar en un determinado género, incluso podría salir hasta una novela romántica. Ya lo dije una vez, primero debe ser una historia que en términos generales sea digna de ser contada, es decir, que uno la pueda contar, metafóricamente hablando, en una reunión de amigos, o lisa y llanamente transcribirla al papel. Si resiste todos pasos evidentemente estamos frente a una historia digna de ser contada.
En la segunda novela abordas un tema muy contingente, como es el aborto…
Si es una novela basada en hechos reales. Un tema vital para las mujeres, muy contingente. Los personajes son entrañables, comunes y corrientes, que por circunstancias de la vida se convierten en verdaderas bestias. Es una novela que atrapa al lector desde el comienzo hasta el final.
Traspasando generaciones
Carlos Pinto ha traspasado generaciones con sus producciones en la televisión abierta. Desde que se inició en el periodismo audiovisual en el canal Teleonce (actual Chilevisión), donde llegó como reportero de reemplazo para un verano, su presencia física y su voz, quedaron impresas en la memoria colectiva del televidente.
Esos mismos rasgos parecieran reflejarse en el papel cuando se leen sus novelas: la voz de Carlos Pinto sigue calando hondo en sus seguidores. «Yo no escribo por vender, necesariamente escribo por el placer de escribir y ver que hay libros que tienen tu impronta», dijo Pinto, al comentar ese traspaso.
¿Tienes alguna cábala para comenzar a escribir? Como Isabel Allende que inicia cada una de sus novelas en la misma fecha…
La verdad es que no. Te recuerdo que ella es una escritora profesional. Dedica todo su tiempo a su profesión, se despide de todo el mundo y se encierra en su escritorio a crear sus textos. Yo me tengo que repartir en muchas cosas. Pero si, tengo una especie de manía, si se puede llamar así: parto escribiendo con la letra “e”, pero no es una fijación. En el proceso creativo todo puede ir cambiando.
En el mundo editorial ya se sabe que tus novelas están, por decirlo de una manera actual, en proceso de exportación…
Así es. En las próximas semanas saldrán en Argentina, México y España. Y además están en proceso de traducción al francés. Te aclaro que todo eso lo lleva la editorial. Ellos determinan lo que llamas exportación de acuerdo a los estudios que hacen en los distintos mercados. En todo caso, bienvenido sea, ya que es un paso más, muy importante.
Y también sabemos que estás en el proceso de un tercer libro… ¿puedes adelantar algo?
Nada hacía presagiar que esa pregunta no tendría una respuesta…já, já, já.
