Los restaurantes cierran la cocina a las 11 de la noche
Que triste titular así para las reflexiones de esta semana. Pero mire lo que me pasó hace unos días. Me llama una persona que conocí en México en las reuniones de la OTI (Organización de Televisión Iberoamericana) y me dice que está de paso en Chile y le gustaría verme.
Nos juntamos, lo invito a comer y me pide que sea en un restaurante chileno, con música de nuestro país. Le agrego que no hay con esas características. Después de señalarme reiteradamente que no lo puede creer, me dice que vayamos a ver una revista musical, con vedettes, chicas hermosas, música, humor y después comemos. Con algo de tedio le explico que ese tipo de espectáculos no existen en la capital, y que los restaurantes para comer, despachan al maestro de cocina a las 11 de la noche y después de esa hora no atienden nuevos pedidos.
Mi amigo me golpea cariñosamente el hombro y me agrega “No te preocupes amigo, vamos a comer de inmediato y ahí charlamos, pero vamos caminando para respirar el aire de Santiago.”
Con desgano, lo interrumpo y le agrego: “No va a ser posible, la delincuencia está desatada y nos pueden asaltar”. Hay un silencio y el me habla “Puchas el país fome, ¿y cómo se entretienen ustedes?“. Mi silencio es elocuente, mientras tomamos un taxi, para ir a comer.
Al separarnos y de vuelta a casa, comienzo a revisar las cosas que hemos perdido, casi sin darnos cuenta, y tengo la sensación que son más que las que hemos ganado.
Y usted, ¿qué piensa al respecto?