En el país hay muchas tomas, donde muchas personas se han apropiado impunemente de terrenos que no les pertenecen y en muchos lugares se ha constituido en un negocio para algunos desfachatados, que se adueñan de un sector que no es de ellos y más encima los venden.
La verdad es que todo esto parece un mal chiste, aunque es una aplastante y triste realidad.
Hay dueños que llevan años tratando de recuperar lo que les pertenece legalmente, sin resultados concretos. Esto es un ataque a la propiedad privada que contempla nuestra Constitución y seguramente vendrá en la próxima. Los que se toman estos territorios, no pagan arriendo, ni luz (se cuelgan), ni celular (los roban) y no tienen problemas de movilización (con los portonazos y robos de autos), la gran mayoría tiene vehículo y una serie de regalías más.
¿Quién arregla este problema? ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Cuándo? ¿Hasta qué punto las irregularidades siguen vigentes? ¿Por qué?
Es indiscutible que la migración ha influido profundamente en esta anomalía que nos deteriora mundialmente y nos sorprende en los interno.
No cabe duda que este país no es el mismo, para los ciudadanos, que el de décadas atrás. Esa es la verdad y no otra.
