Es llamativo y sorprendente lo que sucede en nuestro país. Los precios de los consumos han subido, de manera continuada. Ya no hay presupuesto que resista el costo de la vida y lo que es más curioso, es que nadie dice nada.
Fui a pasear a un mall y descubrí los precios del vestuario, la zapatería, la perfumería y otros productos de consumo frecuente y la verdad es que me sorprendí. Llegué a pensar que estaba en otro país, pero no, era el mío.
Lo que sucede es que hacía algún tiempo que no vitriniaba ni me fijaba en los precios de las cosas que hoy se ofertan. Para que hablar de un supermercado o una feria.
Lo que me llama la atención, es que nadie dice nada al respecto. Es indiscutible que a los trabajadores no les alcanza el sueldo para cubrir sus necesidades, pero lo que es peor es que nadie dice nada. Los políticos están preocupados de ser reelegidos y otros de entrar a este campo tan desprestigiado, pero por muchos tan anhelado.
La izquierda continúa peleando con la derecha, mientras los precios siguen subiendo y nadie dice nada. Eso, es lo más sorprendente. Antes la gente manifestaba su descontento y en muchas ocasiones conseguía sus objetivos. Hoy nadie dice nada y la autoridad debe creer que la gente está satisfecha.
Una lástima.