Su indiscutible talento se mezcló con una vida desordenada
El actor británico Peter Sellers murió hace casi medio siglo pero sus películas, especialmente “La Pantera Rosa”, le sobreviven pese al paso del tiempo. Uno de sus personajes, el inspector Clouseau, sigue siendo un referente para especialistas y también para el público cuando reponen en los sitios de pago de la TV “La fiesta inolvidable” o “Desde el jardín”.
Sus excentricidades era varias. Por ejemplo, confiaba totalmente en los consejos de un astrólogo al que acudía semanalmente. No aceptaba ningún proyecto sin que su consejero diera el visto bueno. Los estudios y los directores reconocieron en la situación una buena oportunidad: el consejero espiritual comenzó a ser sobornado para que guiara a Sellers hacia sus proyectos.
Otra fue cómo conoció a la primera de sus cuatro esposas. En un noticiero entrevistaban a una rubia muy joven y bella, Britt Ekland, la actriz sueca de 21 años. Sellers quedó deslumbrado y se propuso perseguirla hasta que le prestara atención.
Diez días después de encontrarse por primera vez, la actriz se convirtió en su esposa. El matrimonio fue repleto de abusos, insultos, celos, actitudes arbitrarias. Sus fracasos matrimoniales y de cada una de las relaciones que encaró se pueden explicar en algo que Sellers declaró alguna vez: “Si ni siquiera puede encontrar una manera de vivir conmigo mismo, de aguantarme a mí, no puedo esperar que alguna otra persona lo haga”.
Britt Ekland dijo que Peter Sellers, más allá del exceso de alcohol y del abuso de drogas, padecía un trastorno bipolar no diagnosticado. Las variables de sus estados de ánimo eran abruptas e impredecibles. Y lo convertían en un personaje inasible.
En cada filmación los problemas con los directores se multiplicaban. No aceptaba marcaciones, no respetaba disciplinas. Sin embargo, era buscado con denuedo. Era muy efectivo en la pantalla, nadie conseguía carcajadas con tanta facilidad.
Blake Edwards tuvo la posibilidad de contar con el actor. Esa dupla de actor y director se repitió en muchas películas. El Inspector Clouseau, que inicialmente era un personaje secundario, tomó protagonismo de inmediato y se convirtió en el personaje principal. Volvió en otras cinco películas con Sellers.
La dupla funcionaba en taquilla, pero la relación entre ellos era desastrosa. Cada rodaje era peor que el otro. Las peleas eran épicas. Edwards creía que Sellers no era lo suficientemente obediente; Sellers estaba convencido de que lo único que hacía que esos proyectos valieran la pena era su aporte, por lo que se reservaba el derecho de hacer lo que quisiera en el set.
En 1964, mientras filmaba bajo las dirección de Billy Wilder, sufrió una cadena de ataques cardíacos. Ocho infartos en pocas horas. Un cóctel de alcohol, cocaína y drogas para potenciar su rendimiento sexual hicieron explotar su corazón. Los médicos no entendían cómo logró sobrevivir. Peter Sellers siguió viviendo al mismo ritmo de antes. Murió el 24 de julio de 1980. Tenía 54 años.