Puntuales llegan a las oficinas de nuestra revista. Constituyen -a no dudarlo- una pareja emblemática de la actuación en nuestro país. Nelly, según lo publicó El Mercurio, es una de las mujeres de los años dorados que destacaron el 2014. Él la mira la observa y la contempla, mientras ella recuerda su paso por Venezuela y las múltiples distinciones que recibió. Juan Carlos rememora, con algo de nostalgia, las actuaciones que realizaron en cruceros y donde tuvieron mucho éxito.

Cuando Nelly se enfrenta a un joven arrogante, que no tiene el debido respeto hacia los mayores, se acuerda de una frase que llama la atención: “Fui como tú… y tú serás como yo”. Juan Carlos sonríe y agrega: “Como te ves, yo me vi… y así como me ves, tú serás”.

Nelly Meruane y Juan Carlos Bistoto frente a nosotros, mientras se levanta el telón.

¿Cómo viven la vida a estas alturas?

-Juan Carlos: La vivo con alegría. Con una cuota de preocupación por saber cómo llegaré al final. No se si podré ser capaz de seguir caminando como lo hago ahora o podré continuar bajando por las escalas, para viajar en Metro. La gente me saluda, me bendice y me abraza en la calle… por eso vivo con alegría.

-Nelly: Estoy de acuerdo con lo que dice Juan Carlos, pero considero que yo tengo un gran plus, ya empiezo a observar por etapas la trayectoria de mi vida. Todas las cosas que he hecho me reconfortan mucho. Y las malas, por supuesto me entristecen y me hacen pensar que, si ahora tuviera la experiencia, hay algunas cosas que no habría hecho.

¿Son felices a esta edad?

-Nelly: No sabría cómo medir la felicidad. Agradezco a la vida estar tranquila y sin inconvenientes. Tener el amor y el cariño de tu familia y sin grandes problemas de salud. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?

-Juan Carlos: Sí, me considero una persona feliz. Quizás podría estar más contento, pero generalmente soy más introspectivo y me lleno con otras cosas.

¿Se sienten reconocidos?

-Juan Carlos: Muy reconocidos.

-Nelly: Mucho más de lo que uno piensa. A medida que más envejezco, más amor recibo en la calle. Eso es algo que realmente me impresiona. El abrazo, el beso, el agradecimiento y las bendiciones.

¿Queridos por el público?

-Nelly: Totalmente. Es un cariño permanente que se manifiesta cada día.

-Juan Carlos: Hay taxistas que no nos permiten pagar.

¿Todo eso es muy gratificante?

-Nelly: Es lo más gratificante que puede haber. Significa que tú pasaste por la vida dejando algo.

¿Cuántos años juntos?

-Juan Carlos: Camino a los 46.

¿Cómo se conocieron?

-Juan Carlos: Fue en el Teatro Cariola, durante una obra que Nelly estaba presentando. Era “Juani en sociedad”, con Emilio Gaete y Silvia Piñeiro.

¿Tú fuiste de espectador?

-Juan Carlos: Fui invitado por Emilio Gaete y le fui a agradecer su gentileza a los camarines. Luego de eso salí a la calle San Diego a esperar un taxi. Ahí me encontré con Nelly y nos saludamos. Ella me preguntó para dónde iba y yo le respondí que a Los Dominicos. A lo que ella ofreció llevarme en su auto, pero me señaló que tenía que pasar primero a un cumpleaños. Yo le dije ‘vamos’. Allá había guitarreo y fiesta.

¿Y qué pasó después de la fiesta?

-Nelly: Yo lo llevé hasta el Estadio Italiano. Le dije que como una ciudadana gentil lo dejaba hasta ahí, porque no subía de ninguna manera a Los Dominicos. En ese tiempo había unas tres casas en ese sector. Era un peladero.

Juan Carlos: Desde donde me dejó, a Los Dominicos, había unas 40 cuadras.

Nelly: Esta historia tiene muchas coincidencias. Emilio Gaete nos cuenta que estuvo con un argentino que está de paso en Chile y que lo invitó a la obra. No le prestamos mayor atención, hasta que lo vimos entrar por la puerta de camarines. Yo lo miré y lo encontré regio, pero yo tenía mi pololo en ese momento. Tampoco se me pasó nada por la cabeza y la última vez que lo vi, fue esa noche en Los Dominicos.

¿Pero la historia no termina ahí?

-Nelly: Ahí es cuando surgen las cosas inusitadas de la vida. Estábamos grabando “Juani en sociedad” y el director se enfermó y lo remplazó un argentino que estaba de paso en Chile. Era Juan Carlos. Un día, al final de la grabación, Silvia me propone ir a trabajar al teatro en Viña, donde siempre nos iba muy bien. Juan Carlos nos comenta que les gustaría acompañarnos. Lo invité y ahí empezó todo.

¿En qué año se casaron?

-Juan Carlos: En septiembre de 1969.

-Nelly: Si tú crees que la boda de Vidal fue masiva, la mía fue realmente grandiosa. Quinientas personas rotaron desde las 5 de la tarde hasta la mañana del día siguiente.

¿Qué ha sido lo más importante de sus carreras?

-Nelly: Lo más importante fue en mi debut. Cuando todavía era una estudiante de primer año, actué en el escenario del Teatro Municipal con Ana González en una obra maravillosa llamada “El tiempo y los Conway”. Era el año 1952.

¿Y tú Juan Carlos?

-Juan Carlos: Para mí es “La Manivela”. Había un público maravilloso para recibir ese tipo de humor.

¿Están satisfechos de ser actores?

-Juan Carlos: Sí.

-Nelly: Por supuesto, o si no hubiera sido una desgraciada por no haberme realizado en la vida.

-Juan Carlos: La Nelly no sólo ha sido actriz, también ha ejercido la pedagogía por 25 años.

¿Pero lo principal ha sido la actuación?

-Nelly: Sí, casi equiparado con la pedagogía. Porque ahí se pone en práctica mucho el teatro, para mantener fascinados a los alumnos.

-Juan Carlos: Para mí también ha sido muy satisfactorio. En Venezuela gané el Premio Nacional de Teatro, con una obra llamada “Orquesta de señoritas”.

¿Y lo peor de haber sido actores?

-Nelly: La carencia de previsión y la inseguridad laboral.

-Juan Carlos: Somos una generación de actores que tiene unas pensiones pequeñas. Los jóvenes de hoy tienen una cobertura mayor.

¿En Chile se discrimina a la gente mayor?

-Juan Carlos: Quedamos un poco marginados de las historias en la televisión. Las historias están pensadas para la gente más joven y los abuelos prácticamente no existen.

-Nelly: También hay discriminación en la vida cotidiana, porque la mayoría de la juventud, no todos, no tiene el respeto debido hacia los mayores. Es ahí cuando recuerdo el dicho: “Fui como tú… y tú serás como yo”.

– Juan Carlos: También hay otro que dice así: “Como te ves, yo me vi… y así como me ves, tú serás”.

¿Qué es lo mejor de esta etapa que están viviendo?

-Juan Carlos: Estás menos exigido, tienes más tiempo para el reposo, a diferencia de cuando eras joven y no tienes tiempo para descansar.

-Nelly: Hay pocas cosas buenas. Entre ellas, el amor que te va profesando la gente, a medida que envejeces. ¿Será porque estoy vieja?, porque me llama la atención el cariño de la gente.

¿Dónde se sienten más cómodos? ¿En el teatro, el cine o la televisión?

-Nelly: En todas estas disciplinas, pero la que más me emociona es el teatro. Aunque para mí el escenario de televisión es como el teatro y los camarógrafos son quienes representan al público.

-Juan Carlos: En el teatro es donde se ve al verdadero actor.

¿Cuál fue la mejor edad de la vida?

-Nelly: He tenido una vida muy feliz en todas las etapas de mi vida, pero de los 30 hacia arriba fue donde viví mis momentos de mayor felicidad.

-Juan Carlos: Tengo claro que volvería a los 40 años.

¿Les costó mucho encontrar el amor?

-Nelly: Me costó mucho por una cosa machista. El hecho de que uno fuera una persona independiente y que ganara su dinero como actriz y pedagoga, era un poco ahuyentador. Uno de mis novios, quería separarme del teatro… y hasta ahí no más llegamos.

¿Pero finalmente lo encontraste?

-Nelly: Con Juan Carlos, pero muy tarde.

Nunca es tarde para el amor…

-Nelly: No, pero fue a avanzada edad, lo que alargó el sufrimiento de no encontrar afecto sentimental.

De repente como que me había resignado y en ese momento apareció Juan Carlos.

¿Tú también tuviste fracasos sentimentales?

-Juan Carlos: No, feliz de haber encontrado a Nelly. Me gustan las mujeres así, independientes y con fuerza. Antes fueron sólo amoríos. Las grandes pasiones que para mí existían era el cine y el teatro, pero cuando conocí a Nelly sentí que encontré mi gran pasión.

¿El mejor recuerdo?

-Juan Carlos: Hay tantos recuerdos, como los vividos en nuestra etapa de crucero. Nos encargábamos de entretener a unas 800 personas. Éramos tratados como pasajeros de primera clase.

¿Ustedes escribían los diálogos?

-Juan Carlos: Nosotros mismos los escribíamos, eran con mucho humor.

¿Alguna frustración?

-Juan Carlos: La vivimos con la obra “Master Class”, sobre la vida de María Callas. Estuvimos negociando en Argentina por los derechos. Nos tramitaron por mucho tiempo, hasta que cuando tuvimos el dinero que nos pedían, ya la habían vendido.

¿Estuvieron 9 años en Venezuela?

-Nelly: A Juan Carlos lo contrataron por seis meses para hacer televisión.

¿Se fueron juntos?

-Nelly: Se fue sólo. Él estaba muy preocupado por que las cosas se estaban volviendo complicadas en el país y temía que eso nos separara. Al poco tiempo le deciden renovar el contrato, pero él prefirió rechazarlo porque iba estar lejos de mí. Para mantenerlo, le ofrecieron mi contratación. A la semana estaba en Caracas.

-Juan Carlos: De esa época recuerdo cuando Nelly andaba con una mini y tomamos un taxi en las afueras del canal. El taxista no partía y Nelly le volvía a indicar la dirección, pero el chofer aún no emprendía el viaje. Le preguntamos qué pasaba y él nos dijo que no podía partir si ella no estaba vestida. Resulta que se le había caído la mini (risas).

-Nelly: Me bajé a recogerla y ahí mismo me la puse.

Me parece que Nelly tenía muy bonita figura en aquella época…

NELLY MERUANE Y JUAN CARLOS BISTOTO cada dia mejor entrevista

-Nelly: Era un ‘cuerazo’.

¿Hay momentos en que se sienten solos?

-Nelly: Tengo a Juan Carlos y tengo la suerte de contar aún con amigas de toda la vida.

-Juan Carlos: No me quedan amigos aquí, se murieron. Sólo tengo algunos en Argentina. Eso te hace sentir un poco solo, porque la amistad entre hombres trae la charla, y eso es algo que se necesita.

¿Tienes familia en Argentina?

-Juan Carlos: Me quedan sobrinos, primos y algunos amigos.

-Nelly: De siete hermanos, donde era la menor, soy la única que queda. Todos han muerto. A mis sobrinos les digo que me cuiden, porque soy la reliquia y la única sobreviviente de los Meruane Solano.

¿Tienen buena salud?

-Nelly: Siempre ha sido muy buena, hasta hace unos años cuando me atropelló un auto durante una grabación. Quedé con problemas a la columna.

¿Te molesta hasta el día de hoy?

-Nelly: Claro, quedan secuelas.

-Juan Carlos: El accidente significó fractura de pelvis y fémur. Fue una cosa atroz.

¿Se cuidan mucho?

-Nelly: Sí.

-Juan Carlos: La Nelly es absolutamente exagerada con la comida.

-Nelly: Nunca he sido exagerada con la comida, porque si sé que algo me va hacer mal, simplemente no lo como.

-Juan Carlos: Yo como lo mismo que ella. A mí me gustan las cosas fritas, pero no las comemos porque son dañinas para la salud. La Nelly controla el azúcar y la sal.

¿Tienes buena salud?

-Juan Carlos: Tomo pastillas para mantener la próstata.

¿Quién manda en este matrimonio?

-Nelly: Yo me he sometido a Juan Carlos. Siempre le pregunto lo que quiere él. Lo que él dice se hace. Soy hija de padres árabes y en mi época se les daba preferencia a los hermanos y después a las mujeres.

¿Entonces has mandado tú Juan Carlos?

-Juan Carlos: Yo no lo sabía (risas).

¿Ha sido difícil?

-Juan Carlos: No, porque la Nelly es una persona muy respetuosa. En nuestra casa no hay gritos ni palabrotas.

¿”Los 80” ha sido una serie que ha capturado la televisión valórica?

-Nelly: Fue una de las cosas buenas y un programa salvador de la televisión en muchos sentidos. Pudimos ver la calidad con que se puede hacer, pero no lo hacemos.

-Juan Carlos: Sí, fue una buena serie… y lo otro que nos gusta a los dos es el tenis. Lo vemos juntos.

¿Algún proyecto de actuación en conjunto para el futuro?

-Juan Carlos: Ahora que empezó el 2015, algo aparecerá.

-Nelly: Para tener proyectos, hay que poseer algo que es indispensable: dinero.

 

Después de la conversación viene la sesión fotográfica, donde ambos se divierten bastante por las diversas poses que hacen a la cámara. Se ven joviales y divertidos. Llevan muchos años en la actuación y muchos años juntos. Desde aquella noche en que Nelly ofreció encaminarlo a casa, siempre que antes la acompañara a una fiesta. Ahí empezó todo y felizmente se ha prolongado por mucho tiempo. Tienen historia y por lo mismo guardan recuerdos de toda una existencia dedicada a la actuación y donde, quizás, la mejor de todas sus presentaciones ha sido su vida en pareja. Sin libreto, sin ensayos, sin un telón que sube y baja, sin críticas especializadas y sin aplausos.

Ahí todo ha sido espontaneo y verdadero. No ha habido ficción. Sólo ha existido entrega y cariño. Esa, aunque ellos no lo crean, ha sido su mejor actuación y merece el premio máximo.

No le quepa duda.

 

Alfredo Lamadrid.