Tras seis noches de jolgorio, se puso fin a la versión 62 del Festival de la Canción de Viña del Mar. Pasará a la historia por numerosos desaciertos de la organización y la producción, la aparición de nuevos humoristas, una parrilla artística –salvo un par de excepciones- nivel medio y un público asistente que perdonó casi todo.
Lo bueno: aparición de una nueva camada de humoristas en la que destacan el tiktoquero Diego Urrutia y Fabricio Copano. El primero tiene un largo camino que recorrer todavía para ocupar un lugar en el podio de los consagrados. El segundo, mostró que su permanencia en Estados Unidos no es solo por razones familiares (está casado con una estadounidense), sino que aprovecha impregnarse del alto nivel profesional de ese medio en su área. Además, se atrevió con el tema político.
En lo musical, sin duda que el show de Chistina Aguilera valió el costo de su contratación y confirmó porque fue acreedora de cuatro Grammy. Desde la perspectiva del recuerdo, Fito Páez puso la nota más alta con un repaso a su extensa discografía.
Lo malo: la improvisación y los cambios de última hora fueron, sin duda lo peor de esta versión festivalera, sin olvidar la gala previa criticada hasta por los mismos participantes: tras pasar por la alfombra roja terminaban en una carpa. Cero glamour.
Otro punto imperdonable es la entrega indiscriminada de gaviotas. El premio que fue por años el reconocimiento a una presentación impecable, ahora se convirtió en un elemento más del espectáculo que sirve solamente para marcar el fin de la rutina programada y el bis final del artista.
Lo feo: luego de revertir la decisión inicial de excluir a la orquesta, ante la protesta de muchos de los que saben del espectáculo televisivo, la ubicación a un costado y la escasa participación hizo aparecer a los músicos como un elemento casi accesorio. Deplorable.
Peor fue lo que debió sufrir el conjunto Los Jaivas, en su homenaje por 60 años de vigencia. Su aparición a las 2 AM sobre el escenario quedará como lo más feo del festival. Pese a ello, volvieron a mostrar las razones por las que musicalmente son un hito, y que merecían más respeto de la producción.