En estos días se recuerdan los 50 años de la llegada a la televisión del todavía exitoso programa creado por el actor y comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños. En Chile, fue adquirido por TVN y desde su primer capítulo provocó la simpatía y adhesión del público que se mantuvo por largos años, al igual que su predecesor El Chapulín Colorado.
La serie creada a partir de un sketch fue producida por Televisa de México entre febrero de 1973 y enero de 1980 relatando las vivencias de un grupo de adultos y niños en una modesta “vecindad”, una especie de comunidad habitacional.
Desde un comienzo, su creador contempló que El Chavo estaría dirigido al público adulto, no al infantil, aun cuando se tratara de adultos interpretando a niños. El éxito de El Chavo del 8 fue tal que, en 1975 era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana. Dada la popularidad, el reparto realizó una gira internacional que abarcó varios de los países en los que se transmitía el programa en ese entonces, en una serie de presentaciones donde bailaban y actuaban en vivo frente a un público. En Chile, la presentación se realizó en el Estadio Nacional repleto de público.
Gómez Bolaños consideró que el impacto de la serie en otros países se debía al éxito previo de El Chapulín Colorado. Al menos fue lo que ocurrió en nuestro país.
El Chapulín Colorado en Chile
Pero no fue nada de fácil la llegada del personaje célebre hasta hoy por sus frases como “síganme los buenos” o “no contaban con mi astucia”. Fue el entonces ejecutivo de ventas de Televisa en Chile, Claudio López de Lérida, de larga y exitosa carrera en televisión, quien ofreció el programa a TVN.
La opinión de los “expertos” de la época fue negativa. Se consideró que ese tipo de humor no era entendible en Chile, que el lenguaje, especialmente los modismos, no sería comprendido. Se rechazó la compra.
Sin embargo, López de Lérida insistió. En un viaje a México del entonces director general de TVN Jaime del Valle, lo convenció de comprar la serie. A su vuelta al país, el ejecutivo con orgullo exhibió la nueva adquisición y la entregó para su programación. Al cabo de un par de meses sin verla en pantalla dio la orden de que debía ser exhibida.
En primera instancia se decidió que El Chapulín fuera parte del bloque infantil. El rechazo fue total por parte del director, la productora y la animadora. La opción fueentonces ubicarla a continuación del programa infantil. Fue tal el éxito de audiencia que dos meses más tarde la producción de ese segmento pidió su incorporación, que por años contribuyó a elevar su nivel de audiencia al incluir más adelante el Chavo del 8. La inmensa recepción que tuvo en el público tanto el Chapulín como el Chavo hizo que TVN los usara de comodines durante años, incluso ubicándolos antes del noticiario 24 Horas para intentar elevar su baja sintonía.
