La exautoridad edilicia fue condenado por favorecer a una sociedad en la que participa un hijo y la clínica que mantiene en Curacaví es denunciada en un reportaje de Mega por malos tratos a menores provenientes del Sename.
Preocupación existe entre los habitantes del condominio La Aurora de Curacaví, luego que un reportaje de Mega revelara una serie de irregularidades en la clínica siquiátrica que existe en el interior, y que pertenece al exalcalde Ñuñoa Pedro Sabat.
Según dijeron vecinos a Cada Día Mejor, es habitual que pacientes escapen del recinto y deambulen por los caminos interiores. En días pasados un interno de nacionalidad estadounidense, veterano de guerra y con problemas postraumáticos, de 39 años, habría manifestado su interés en adquirir un arma, estuvo desaparecido por horas. Se sabe de otra persona de sexo femenino que luego de fugarse logró llegar hasta la pasarela sobre la Ruta 68 de la cual se lanzó al vacío.
Los vecinos están pidiendo que se cierre la clínica y reúnen firmas para hacer presión sobre las autoridades de salud y el alcalde de la comuna, Juan Pablo Barros.
El reportaje de Mega Investiga reveló que mientras en su fachada el lugar se anuncia como la Clínica Psiquiátrica Erikson (en la foto), exfuncionarios del lugar afirmaron al medio que en realidad los jóvenes son trasladados a una casona ubicada en el patio trasero donde ocurren graves situaciones. Luis Contreras, exfuncionario del lugar, aseguró: “la fachada era la clínica. Ellos llegaban a la clínica y después se iba la gente que correspondía que los dejara ahí y ellos los derivan acá a la casona”.
El técnico en enfermería, que dejó de trabajar en el recinto hace unos días debido a las irregularidades que existían, añadió: “las piezas no tenían las condiciones necesarias para sus tratamientos. Y uno mencionaba el tema y los dejaban así como si nada. ¿Cómo le llamaban a esa casa? Le decían la residencia o muchos le decían ‘la casa del terror’”. Otra funcionaria, que prefiere reservar su identidad, afirmó que vio fiestas que terminaban en descontrol entre menores de 13 y 16 años, además que no solo se derivaba a pacientes, sino que también a infractores de la ley, quienes agredían a los otros niños.
Pedro Sabat, al ser consultado por Meganoticias, señaló por WhatsApp que hace un mes no hace una visita al lugar y dice textualmente que el Estado está moroso con ellos hace un año.
También respondieron dos de sus hijos que están a cargo de la administración, junto a María Francisca Acevedo, encargada de la residencia, la que llaman unidad de alta complejidad, quienes afirmaron que hicieron una gran inversión para recibir a los jóvenes y que mantienen algunos recintos cerrados producto de las compensaciones. Acevedo, al ver un registro de lo que constantemente sucede en el lugar, afirmó que “tenemos que ser sinceros, acá ningún niño debiera quedarse solo, hay que ver qué está pasando con las cuidadoras”.
Justicia condena a Sabat
Por otra parte, como autor de dos delitos de negociación incompatible, el Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal (TOP) de Santiago dictó el veredicto condenatorio contra Sabat. El Ministerio Público solicitó al tribunal una pena de cuatro años de reclusión menor en su grado máximo, 7 años y un día de inhabilitación absoluta temporal para cargos, empleos u oficios públicos en su grado máximo, y multa de 218 Unidades Tributarias Mensuales (UTM). De acuerdo con la acusación, «el imputado, actuando en operaciones en las que debía intervenir en razón de su cargo, dio interés a un tercero que mantenía, y mantiene hasta la actualidad, vínculos societarios con su hijo, Pedro Sabat Fernández, mediante la suscripción de decretos alcaldicios y contratos».