La incorporación de hábitos saludables y el aprovechamiento de los avances científicos abren un mundo de oportunidades a futuro y de cómo invertir hoy en nuestro bienestar a largo plazo.
La mentalidad o modelo mental de longevidad es tomar conciencia plena de que una buena combinación de hábitos junto con el aprovechamiento de los avances científicos y tecnológicospermite llegar a edades avanzadas con una mente y un cuerpo saludables.
“El concepto clave es el de la extensión de la vida con una salud plena a nivel físico, cognitivo y emocional, en lugar de conformarse solo con vivir más”, resume la especialista en medicina funcional uruguaya Silvina Tocchetti. “Es el tiempo que podemos agregar con nuestra salud a tope, versus simplemente sumar años con la salud deteriorada, apalancada con muletas diversas”, agrega Tocchetti, que dirige la clínica Mind de Montevideo.
Una mentalidad de longevidad implica empezar a incorporar hábitos y rutinas muy distintas a las que uno podría abrazar si el objetivo fuera solo el de sentirnos mejor ahora.
El médico canadiense Peter Attia, de los principales divulgadores globales sobre agenda de bienestar, comenzó a hablar recientemente del “decatlón centenario”, que empieza con un ejercicio simple: preguntarnos qué actividades nos gustaría hacer con comodidad a los 100 años. Para algunos podría ser alzar a su bisnieto, poder levantar la valija a los compartimentos del avión o subir las escaleras con las compras del día.
La combinación de ejercicios físicos (que incluyan los de flexibilidad, los de equilibrio, los de fuerza y los aeróbicos) aparece como un requisito para desplegar esta mentalidad de longevidad. “Cada uno de ellos tiene una especificidad: el aeróbico para disminuir los factores de riesgo cardio y cerebrovascular y metabólicos; los de equilibrio para trabajar sobre todo los mareos y las caídas; los de fuerza para no tener pérdida de masa muscular, y los de flexibilidad para no ir ‘encorvándonos’ y que cada vez sea más difícil estirar los músculos”, dice Ricardo Jáuregui, un argentino que preside la Asociación Internacional de Gerontología y Geriatría
¿Por dónde conviene empezar?
“Mi recomendación es que, en una primera instancia, tomemos contacto con el lugar donde nos encontramos, para ver qué pasos podemos dar desde ahí. De nada sirve trazar un objetivo lejano a nuestras posibilidades actuales”, explica Tocchetti. Y propone una regla o ley del 20%: irnos a dormir un 20% más temprano; hacer ejercicio 20% más si hacemos poco o 20% menos si hacemos demasiado; tomar 20% menos de café, mate y alcohol, y comer un 20% más de vegetales, son algunos de los cambios que plantea.
“En síntesis –sugiere la experta- poner el foco en pasos firmes y certeros y no en objetivos que traicionan nuestras posibilidades solo porque la última tendencia lo indica. El camino hacia la longevidad es el que cada uno de nosotros puede hacer desde donde está, optimizando cada paso. Lo contrario, los objetivos grandiosos, solo harán estallar nuestro sistema en mil pedazos más de lo que ya está con las obligaciones que tenemos”.
Texto original fue publicado en diario La Nación de Buenos Aires.