Tras el fallecimiento del presidente Sebastián Piñera.
Cada cierto tiempo, y más a menudo de lo que se quisiera, aparecen ideas de proyectos de ley que no se condicen con las circunstancias que vive buena parte de los chilenos.
Según un estudio del prestigioso medio británico The Economist, Chile pasó de ser una “democracia plena” a una “democracia defectuosa”, ubicándose –en todo caso- en el número 25 de entre 167 países. La nota final de nuestro país se enmarca en la medición de cinco aspectos: funcionamiento del gobierno, electoral y pluralismo, participación política, cultura política y libertades civiles.
El calificativo de “defectuosa” bien podría ser atribuido, entre muchas razones, a los vaivenes de la clase política que acaba de dar otra muestra de estar más lejos de la realidad de lo que muchos quisieran: intentar recuperar el cargo de Primera Dama, que correspondía hasta la administración anterior a la pareja del Primer Mandatario.
Fue tras las exequias de Sebastián Piñera, cuando la última Primera Dama, Cecilia Morel, recibió grandes muestras de cariño, que la diputada Ximena Ossandón (RN) –en la foto-le planteó a varios de sus colegas de partido preparar un proyecto de ley para que el mencionado cargo vuelva a tener la dimensión que le restó la entonces pareja del presidente Boric, Irina Karamanos, a su paso por La Moneda. Incluso se ha dicho que la propuesta estaría siendo preparada y su presentación sería al regreso del receso parlamentario en marzo.
La respuesta, como era de esperarse, vino de la propia Karamanos (en la foto) que en declaración a El Mercurio dijo que le parecía “un estilo oportunista el antojo de poner este tema a días de la tragedia. Las sentidas manifestaciones de cariño hacia Cecilia son valiosas en sí mismas, sin necesidad de usarlas ni de hacerlas ley”.
De inmediato le contestó el diputado Diego Schalper (RN): «me parece que el tono destructivo que ella emplea es muy consistente con el lamentable resultado de su paso por La Moneda, que consiste en haber constituido un inédito gabinete con su nombre y el haber derribado una institución muy querida por los chilenos».
Hasta la vocera de Palacio, Camila Vallejo, intervino en el tema, al menos con una postura más realista y por la situación de gran parte de los chilenos: “nuestras prioridades son otras”. Y, en eso al menos, sin duda tiene toda la razón.