La tragedia de los incendios en Viña del Mar.
Todo esto es tan terrible: que los propios familiares damnificados están recogiendo a sus muertos para que los perros no se los coman.
La Quinta Región parece en estado de guerra, sin embargo la TV no habla de Chacao, ni de Puerto Natales ni de otros lugares en los que, manos siniestras encendieron un fuego mortal y espeluznante.
Mientras voy llegando desde Paine a mi casa, se huele el olor a muerte y desastre. Claramente estos incendios son intencionales, y en mi cabeza (ni en mis peores pesadillas vi una tragedia tan grande) todo da vueltas de terror.
Pienso, mientras voy de copiloto, en cómo es posible tanta maldad humana; leo noticias y no puedo parar de llorar. ¿Cómo cresta pueden existir «seres humanos» tan maquiavélicos?
El humo ahoga mientras más me acerco a casa… sin embargo yo soy nadie frente al intenso dolor de damnificados y familiares de las víctimas mortales. Mientras más me acerco, mayor es mi dolor… no puedo hacer nada… y es tan grave que, veo y vuelvo a pensar que todo esto no es posible.
Sin embargo es real como si estuviéramos viviendo el Apocalipsis… y aún pienso sólo en un «quizás es real»…
Luego recuerdo que quienes mueren en la nieve, siempre se encuentran sonriendo y no sé por qué razón. Y también pienso en el dolor que sentirán las personas que mueren calcinadas… Ya lo dije… esto es peor que una guerra.
Y ya llegando a casa, no sé si agradecer o maldecir que el día esté tan nublado, como miles de corazones que permanecerán nublados por siempre.