El humor nos ayuda a soportar los complejos avatares de la vida y una risa significa momentos de solaz

por | Oct 15, 2023

alegria portal cada dia mejor tv web
Aviso Nanobiohealth chile landscape

Cuando hablamos de humor, surge de inmediato la idea de algo divertido, que genera risa, lo que nos dispone a un momento agradable, el que quisiéramos fuera permanente en nuestro diario vivir.

Es un tema del que se ha escrito bastante, tal vez si en forma muy seria, entregándonos definiciones; tipos, que pueden ser muchos, como el blanco, sorpresivo, político, negro, gráfico etc.; como así también su historia, humoristas famosos, y todo lo que se pueda saber sobre este curioso tema, especialmente por tratarse más bien de momentos a través de sensaciones de bienestar y alegría que pueden durar un tiempo indefinido, desde una simple risotada de un segundo,  a toda una larga jornada, sin poder volver a vivirlas  sino en el recuerdo, condición que se repetirá quizás cuando.

Cada característica humana se presenta con variados niveles de intensidad y así tenemos personas que pueden ser inteligentes, buenas, rápidas, simpáticas, enfermizas, valientes y muchas otras, pero también las hay en el sentido opuesto, que incluso llevan su propia denominación. La ciencia nos da las respuestas del caso, con el efecto de los genes y otras complejas razones que no ofrecen discusión, pero desde un punto de vista puramente racional cuesta entender, por ejemplo, que dichas diferencias se produzcan entre seres que comparten costumbres o tan afines como pueden ser los hermanos gemelos.

En el caso del humor, el detectar sus diferencias no resulta fácil, por cuanto si nos atenemos a la expresión de los rostros en lugares públicos, deberíamos concluir en que el humor no existe, ya que las de la gran mayoría nos ofrece una actitud claramente hosca; esto es, poco amistosa, indiferente, preocupados, apurados. Lo anterior, permite suponer que, tras estas expresiones, se presenten algunas aflicciones generalizadas, sean económicas, del trabajo, inseguridad y otras.

No obstante, al contactarnos con algunas en forma individual, la actitud cambia y vemos personas amables, cordiales y bien dispuestas para atender nuestro requerimiento. Pareciera que de pronto reaccionan favorablemente a nuestro gesto, olvidan sus problemas y se disponen a entablar un diálogo sobre algo distinto y trivial.

Dada la circunstancia del encuentro, no podemos concluir sobre el nivel de humorosidad de la población, pero como ocurre con cualquier análisis de la característica del ser humano, habrá unos pocos con un gran sentido del humor, otros tantos sin ninguno y los que   se encuentran en puntos intermedios, que obviamente representan a la mayoría y cuyo nivel dependerá de sus estados de ánimo, producto de las circunstancias más o menos agradables en que se encuentre en ese momento.  Esto nos permite concluir que el cambio de actitud al enfrentarlas, deja al menos indicios  que hay una buena disposición al humor, sin reacciones extemporáneas.

Resulta impensable que la gente circule por las calles riendo sin razón aparente, como así tampoco que los mal genios anden refunfuñando o profiriendo insultos sin motivo alguno. Esto no ocurre en ninguna parte del mundo. En el diario vivir, no resulta difícil distinguir en nuestro grupo familiar, de amigos, compañeros de trabajo u otros, a aquellos que tienen un gran sentido del humor, que generalmente están haciendo bromas o contando divertidas historias, inventadas o no, y también podamos hacerlo respecto de aquellos que resultan más retraídos, poco comunicativos o participativos, lo que permite concluir que el humor no es su afán. El resto se manifiesta en distintos niveles de humorosidad, sin perjuicio de participar con entusiasmo en los distintos eventos que se produzcan. Sobre la base de estos antecedentes, tal vez insuficientes, asumamos que nuestra población, en general se encuentra en un nivel normal de humorosidad.

El humor, que todos anhelamos su presencia para poder divertirnos y reír, presenta sin embargo un aspecto que no resulta festivo, que se produce cuando el motivo humorístico apunta a provocar la risa a partir de alguna deficiencia de alguien, como puede ser un defecto o incapacidad física, dificultades para expresarse, tic nervioso u otras, lo que es más común entre los niños, al no valorar, por su propia incapacidad intelectual, el tremendo daño que generan en el afectado. En los mayores dicha situación se ve aminorada, pero es común observar entre los políticos, por ejemplo, realizar comentarios advirtiendo en su adversario deficiencias por su vejez, inconsecuencia por opiniones anteriores u otras que claramente pretenden denostar al oponente, utilizando generalmente la ironía o el sarcasmo, sin entender que estas maravillosas herramientas del humor deben darse en forma oportuna y ocasional.

La población frente a este seudo humor no se muestra indiferente, sino que muchas veces participa activamente al celebrar este tipo de situaciones. Es común observar manifestaciones de risa al ver por ejemplo la caída accidental de alguna persona en la vía pública, ver como rápidamente se pone de pie, procurando volver a la normalidad, disimulando una eventual herida o hematoma, para continuar su camino dignamente como si nada hubiera pasado. Debemos convenir en que una caída no es motivo per sé de algo divertido y encontramos la explicación a nuestra diversión en la situación que vive el afectado; esto es, la vergüenza de ser el único protagonista de un hecho fortuito ocurrido en un lugar público, experiencia que conocemos, dado que alguna vez hemos sido actores principales del hecho sufriendo el mismo incómodo efecto.

Queda en evidencia entonces, que el humor, en algunos casos presenta un dejo malévolo en que el motivo de nuestra alegre manifestación se fundamenta en las penurias de nuestros semejantes lo que naturalmente hace daño y resulta opuesto a lo que esperamos del humor, es decir, momentos de alegría compartidos por pocos o muchos en una festiva jornada

En la actualidad, en el caso de eventos que congregan a muchos, resulta reconfortante observar a nuestros humoristas haciendo omisión de situaciones que hace algunos años constituían los temas predilectos, como el de los homosexuales, por ejemplo, o referidos a deficiencias físicas o mentales; o en el ámbito político, en que ya no se alude a personajes directamente, sea para no afectarlos en su dignidad, o bien para evitar conflictos entre los asistentes dado el inestable ambiente que se vive. De cualquier forma, el humor nos ayuda a soportar los complejos avatares de la vida y una risa significa momentos de solaz que sin duda contribuye al bienestar de cada uno.

Aviso Nanobiohealth Portrait (360 x 600 px)
Share This