Las barras bravas
“Las barras bravas siguen plenamente vigentes. En el Estadio Monumental hay destrozos y peleas en todos los partidos”, dice con rabia la señora Lela. La prima le responde resignada: “Sí, pero los sancionan”. “¿Qué sacan? Siempre son los mismos castigos que no solucionan nada”, le reprocha la señora Lela y agrega: “Hay una serie de encargados que no hacen mucho, por no decir nada. Mira, Estadio Seguro, Delegada Presidencial, Gobernador, Presidente de la ANFP, presidentes de los clubes y alguno más que no hace mucho tampoco“.
La prima la mira y le añade: “Ni el fútbol está bien. Estamos patas pa arriba en todo”. Hay un largo silencio culposo que no ayuda en nada.
El negro Piñera
“Hace tiempo que no se sabe del negro Piñera”, afirma la prima con decisión. “Es muy fácil, trasnocha un día y te vas a encontrar con él”, le responde la señora Lela y la prima un tanto molesta, la interrumpe: “¿Qué estas tratando de decir?”.
“Lo que saben todos. El negro Piñera es sinónimo de bohemia, de trasnoche y de desorden antiguo y caduco“, le señala la señora Lela, con desagrado. Hay un silencio que se hace eterno y la prima murmura: “Es muy posible que tengas razón”, y agrega: “Ahora, la gente vive de otra manera“.