Pese a que las encuestas previas señalaban un crecimiento de los Republicanos, nadie esperaba que esto se convirtiera en un verdadero tsunami político. Pareciera que la ciudadanía está aburrida y agotada de promesas, de situaciones que le incomodan y no se resuelven, dé mucho diálogo y poca acción, de una salud deficiente, de pensiones demasiado escasas, de una educación cuestionada, de una migración descontrolada, de las tomas, de la violencia y de la delincuencia que provoca una inseguridad mortificante. Todo esto cubierto con una burocracia cansadora y además impenetrable, van conformando un país odioso, poco grato, de repente algo hostil que no nos gusta.
La ciudadanía quiere eliminar todo esto y vota por quien se lo ofrezca. Vea usted, Boric superó a Kast en segunda vuelta y poco tiempo después, el partido de Kast derrota a los seguidores y seguidoras de Boric. ¿Cómo se puede entender el 35,4 de los Republicanos? La gente – que en su mayoría es independiente – quiere que le solucionen los problemas y va a seguir a quien lo haga, sin importarle nada más… y mucho menos el Partido que lo respalde.
Da la impresión que la clase política está ciega o no entiende lo obvio.
