Quizás, los que tenemos muchos años de vida, nunca vivimos tanta delincuencia y tanto temor como ahora.
Los parques, las plazas y los lugares de sano esparcimiento, hoy invadidos por la violencia y la delincuencia desmedida, que mantiene a muchos ciudadanos encarcelados en sus propias casas.
El robo de autos es una novedad que no conocíamos, igual que el de celulares y mucho menos el de mascotas. Asaltos a plena luz del día, balazos en las discotecas con muertos y heridos, mientras la droga reina en todo lugar, con su escoria y podredumbre humana.
De repente, cuesta comprender lo que sucede en nuestro querido país. En las encuestas, la seguridad es lo que más preocupa a las personas, secundada por la inflación.
No hay duda de que la migración descontrolada ha cooperado con delincuentes y el traslado de droga. Pero para qué seguir, todos tenemos alguna idea de lo que nos llevó a lo que vivimos.
En la actualidad, lo que importa es la solución a lo que nos enfrentamos. ¿Existe, hay que diseñarla? ¿Qué se puede hacer al respecto? ¿Cómo defendemos al ciudadano honesto?
Me van a perdonar, pero creo que a los chilenos honrados y trabajadores, esto les importa más, aunque usted no lo crea, que la nueva Constitución. Por lo menos, eso creo yo y las encuestas así lo señalan.
Lo primero, es lo primero. Ojalá así lo entienda la autoridad.