No hay duda que esta película provocó más de una discusión generacional. Mientras, los críticos de mayor edad la apoyaron, Yolanda Montecinos, Rodolfo Gambetti, Ítalo Passalacqua y Gladys Pinto, que laboraban en importantes diarios de Santiago, los más jóvenes estuvieron en contra de esta cinta cinematográfica, salvo algunas excepciones.
El público, concurrió masivamente a los cines por más de 15 semanas y en una encuesta del diario La Segunda, los asistentes la calificaron con nota 5.5.
La película descubre el mundo íntimo de la televisión. Sus secretos, sus ambiciones desmedidas, sus misterios y las transacciones indebidas que abren expectativas moralmente reprochables, donde muchos y muchas están dispuestos a dar “todo por nada” con tal de permanecer en pantalla.
Intentar revelar lo que hay detrás de la pantalla, mucho antes de la irrupción de la farándula en nuestro país y realizada por personas que conocen de sobra el tema y la acertada actuación de Ana María Gazmuri, dan un marco de credibilidad a la ficción que en el cine tuvo más de 150.000 espectadores, cifra récord para aquellos años (1989), en la producción nacional.
En televisión, se exhibió en Mega y su estreno obtuvo la más alta sintonía de esa estación televisiva en toda la semana.
Ahora, en las redes sociales, sus visitas superan las 103.000. Se pueden decir muchas cosas, pero las cifras son concluyentes e indesmentibles.
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