La famosa gala que se realiza previo al Festival de la Canción de Viña del Mar, tiene ahora competencia. Esto se ha producido debido a que no se invitó al evento oficial a Naya Fácil, una reconocida influencer. Ella fue la reina (creo que ahora se le llama Embajadora) del último Festival.
¿Por qué no se le ha considerado? ¿Quién o quiénes deciden a quien invitar? ¿Sobre qué parámetros se realiza esta decisión? ¿Hay discriminación al elaborar la lista de invitados?
Todas estas preguntas y algunas más se hace la gente y la verdad es que no ha existido una respuesta concluyente al respecto. Parece que no la hay…y ante esta situación, Naya decidió hacer su propio evento y lo llamó “la gala del pueblo”.
Sin duda que la idea prendió desde el inicio y se perfila como una gran competencia al acto oficial. Vale la pena señalar que siempre son los mismos los que van a este evento, solo cambian los figurones que consiguen ser invitados por amistad.
Participar en la gala del Festival es como estar “in” y eso a algunos les importa mucho, olvidando lo que trasciende y lo que perdura.
La superficialidad nos invade y nos sorprende con sus manifestaciones exteriorizantes. La gala del pueblo representa precisamente lo otro. Lo nuevo, lo distinto y lo irreverente.